Enigmas literarios y tramas siniestras

De las variedades actuales del género de misterio, una de las más llamativas es la metaliteraria: aquellos thrillers elaborados a partir de la historia, y el recuerdo, de grandes autores. En los últimos tiempos se trata de un campo de moda, y en España han surgido series de éxito como la de Luis García Jambrina en torno a Fernando de Rojas, creador de La Celestina.
El estadounidense Francis Scott Fitzgerald está considerado uno de los mayores escritores del siglo XX, y su novela El gran Gatbsy, de cuya publicación se cumplen cien años, se erige para muchos como la mejor de su país en la pasada centuria. John Grisham ya utilizó su figura en El caso Fitzgerald, donde el personaje de Bruce Cable, librero en Camino Island, tiene algo que ver con el robo de varios originales valorados en veinticinco millones de dólares conservados en la Universidad de Princeton.
⁄ La actriz Lila Crayne promueve una adaptación cinematográfica en clave feminista de 'Suave es la noche'Ahora, la dramaturga y directora teatral Sash Bishoff debuta como novelista con Suave es la furia (Alfaguara), donde riza el rizo de la scottmanía. Su protagonista, la actriz Lila Crayne, promueve una adaptación cinematográfica en clave feminista de Suave es la noche, la novela de Scott Fitzgerald que aborda la historia de un psiquiatra de éxito casado con una traumatizada heredera y que acaba devorado por la dolce vita en la Francia de entreguerras.
La versión que protagoniza Lila y dirige su marido, Kurt Royall, subraya el papel de la heredera, Rosemary, de forma que sea ella “quien maneje la escena” en detrimento del papel de Dick. Y simultáneamente, la actriz empieza a tratarse con un terapeuta que indaga con segundas intenciones en los secretos de ella mientras se guarda muy bien los propios. Bischoff, antigua alumna de Joyce Carol Oates, aliña con diversos giros y envuelve bien la historia, llena de guiños para los amantes de la literatura estadounidense.

Cubierta de 'Los mensajeros de la oscuridad'
Y ya de cara a las vacaciones, hay que celebrar el retorno en plena forma de dos firmas de la novela de misterio que en obras anteriores habían dado algunas señales de agotamiento. En ambos casos cultivan un singular cruce de la novela negra y el mundo de lo paranormal.
El irlandés John Connolly ha publicado ya más de veinte novelas protagonizadas por el detective Charlie Parker y ambientadas en el estado norteamericano de Maine, donde reside y se documenta varios meses al año. Rodeado de un puñado de interesantes secundarios –la pareja de asesinos Louis y Angel; los temibles hermanos Fulci–, Parker se enfrenta a las fuerzas del mal en una atmósfera siniestra y a la vez con minuciosos apuntes de la cotidianidad más extrema.
Si en títulos como Antigua sangre Connolly se excedía en extensión y parecía estar agotando el registro de su personaje, pese a sus siempre afiladísimos diálogos, la reciente Los mensajeros de la oscuridad (Tusquets) nos lo devuelve con pleno vigor defendiendo a una acusada de haber asesinado a su hija.

Cubierta de 'El gabinete del Dr. Leng'
Igualmente con abundantes notas siniestras, pero más sentido del humor, figura la serie de Aloysius Pendergast que firma el tándem Douglas Preston y Lincoln Child. También llevan una veintena de títulos tras el brillante inicio con El ídolo perdido, rubricado ejemplarmente en Los asesinatos de Manhattan.
Ahora, en El gabinete del Dr. Leng (Plaza&Janés), los autores proponen un vengativo viaje en el tiempo de Constance Greene, la protegida del protagonista que no ha podido envejecer. Pendergast, agente del FBI millonario e insubordinado, no duda en seguirla en su desplazamiento por las calles adoquinadas, los pestilentes garitos y los siniestros psiquiátricos de la Nueva York de 1880. ¡Y qué bien reconstruyen Preston&Child todos esos ambientes!
La trama queda abierta, a la espera de un nuevo volumen que no nos perderemos.
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