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El poder de las editoras: Cómo cuatro mujeres emblemáticas transformaron el arte y el diseño en la Argentina

El poder de las editoras: Cómo cuatro mujeres emblemáticas transformaron el arte y el diseño en la Argentina

Hasta agosto en Fundación Proa, la muestra ¡Aquí estamos! Mujeres en el diseño 1900 - Hoy exhibe un importante acervo de piezas icónicas de diseño del siglo XX, junto a una documentada cronología de movimientos, luchas, y sus protagonistas. En ese contexto, la mesa redonda "Las mujeres en la industria editorial argentina del siglo XX" –organizada por Arhkhein y Díaz Ortiz ediciones– invitó a revisar la importancia de los libros, las revistas y los archivos en el ecosistema del diseño y el arte, a través de la figura de cuatro editoras emblemáticas del siglo pasado en la Argentina.

La charla resultó un justo y emotivo homenaje a Victoria Ocampo (Editorial y Revista Sur), Sara Facio (Editorial La Azotea), Martha Levisman (proyecto ARCA) y Lala Méndez Mosquera (Revista y Ediciones Summa), y permitió trazar puentes sensibles entre estas mujeres que supieron aunar el horizonte de sus proyectos, autopercibirse editoras, y ayudar a definir aquello que significaba ser una mujer moderna desde las primeras décadas del siglo XX.

Lala Méndez Mosquera

Al recapitular la figura de Lala Méndez Mosquera, creadora y editora de la mítica revista Summa, la arquitecta, especialista en comunicación y fundadora de la red profesional Soy Arquitecta Cayetana Mercé, contó cuán importante fue para aquella percibirse a sí misma como editora, y no como arquitecta o diseñadora.

Lala Méndez Mosquera. Archivo Clarín.Lala Méndez Mosquera. Archivo Clarín.

"La arquitectura fue para Lala más un territorio del pensamiento, que una vocación proyectual. Tal vez fue por eso que eligió el camino de la edición, donde pudo reunir la sensibilidad ética, su formación técnica, su capacidad crítica", dijo.

Méndez Mosquera hizo de Summa un verdadero proyecto de vida, sostenido durante casi tres décadas, en paralelo a la crianza de sus hijas –trabajo de cuidado con escasa o nula visibilidad en la época–. La publicación, que llegaría a circular y ser referencia de arquitectura en toda Latinoamérica, inauguró, también, otra manera de mirar la arquitectura de la Argentina. Para Mercé, Méndez Mosquera definió una manera rigurosa, situada, sensible y profundamente política de hacer edición crítica en arquitectura.

"Las mujeres en la industria editorial argentina del siglo XX" en Proa. Foto: gentileza."Las mujeres en la industria editorial argentina del siglo XX" en Proa. Foto: gentileza.

Quizás por eso, la trascendencia de su legado –registrado en el libro Arcanos de la Modernidad-Lala Méndez Mosquera y la revista Summa, publicado en agosto de 2022, pocos días antes de su muerte–, "no es solo un acto de justicia, es también una manera de pensar qué significa editar hoy en América latina y qué lugar estamos dispuestas a ocupar a todas las mujeres en el que estamos en el mundo".

Victoria Ocampo

"Si Victoria Ocampo fue heredera de sabidos privilegios de clase, igual tuvo que luchar para salirse del lugar ornamental que la familia había previsto para ella", aclaró al comenzar su presentación el ensayista, editor e investigador Ernesto Montesquín, actual director del Centro de Documentación UNESCO–Villa Ocampo.

Se trata de un primer momento de emancipación en la vida de la mayor de las Ocampo y, siguiendo a Virginia Woolf, el de creación de un espacio propio. Desde esos tiempos, el proyecto Sur aspira a una suerte de Gesamtkunstwerk, ese concepto wagneriano que concibe una "obra de arte total": "Victoria lo encarna de una manera vital, activa, de modo orgánico, a la vez que se prueba intuitivamente las ropas de una mujer moderna".

Victoria Ocampo. Archivo Clarín.Victoria Ocampo. Archivo Clarín.

Montesquín recordó que fue luego de ser tentada por Waldo Frank y Juan Carlos Mariátegui para hacer una revista que "hiciera el puente entre las dos Américas" –y advertir que ambos veían en ella la potencial financiadora del proyecto– que Ocampo tomó la decisión de hacerlo, pero de modo autónomo: "Victoria se apodera, se empodera, y decide editar la revista que ella quiere hacer".

Comenzó entonces la búsqueda de colaboradores, el diseño y una materialidad, que se resolverá con la icónica flecha de Sur. La revista, que durante 30 años tuvo más de 300 números, destilará cosmpolitismo, llevando y trayendo al mundo los nombres de escritores que consideraban más valiosos en el momento, amén de anticipar la genialidad de Borges, que desde el número uno tendrá un lugar central en la revista. Entre el cuarto propio real y el simbólico, para Montesquín "Sur impuso la idea de que una revista avanza, instaurando la idea de anticipación".

Sara Facio

También fue en Europa donde una joven Sara Facio, tras graduarse en Bellas Artes, fue a buscar referencias y completar su formación, junto a su amiga y primera socia Alicia D'Amico. "Sara era una flecha: desde que nació sabía adónde quería ir y nada la distrajo", resumió Graciela García Romero, investigadora, autora y editora fotográfica, actualmente, presidenta de la Fundación María Elena Walsh-Sara Facio, la personalidad de la célebre fotógrafa. Al regreso de su viaje, Sara descubrió la cámara y el laboratorio, y comenzó a hacer sociales en una villa cercana a su casa.

Vinculadas con el mundo cultural de entonces, Facio y D'Amico concibieron entonces el gran proyecto para retratar escritores de toda América Latina. "Era una época en que no se les conocía la cara a los escritores, así que todos estaban encantados: de Bioy Casares, a Asturias, a varios que además fueron premios Nobel".

Sara Facio. Archivo Clarín.Sara Facio. Archivo Clarín.

El otro gran tema al que se dedicaron fue a retratar Buenos Aires: una ciudad que hasta ese momento solo se conocía desde el punto de vista arquitectónico. Pero a Sara, "el único paisaje que le interesaba era el del ser humano", dijo García Romero: así fotografiaba al botero que cruzaba todos los días a la gente en el Riachuelo, a la señora que vivía en un conventillo, y ponía a secar su zapato después de una inundación, o a la violetera.

El primer proyecto que publicará su editorial La Azotea será Humanario, un encargo de Alberto Prebisch para registrar el deterioro edilicio de tres neuropsiquiátricos: "Pero allí Sara descubiró al loco, ese ser que estaba postergado y ocultado en la sociedad". La Azotea terminará de conformar su proyecto editorial dando espacio a los grandes que aún no habían sido publicados –de Annemarie Heinrich, a Grete Stern–, y poniendo en el radar a los jóvenes, como Adriana Lestido, Marcos López, Oscar Pintor, de la mano de ese espacio privilegiado que fue la Fotogalería del Teatro San Martín.

Martha Levisman

Para hablar de la importancia de los archivos, la arquitecta Belén García Pinto (Arkheion) y la periodista Carolina Musi recuperaron la figura de Martha Levisman, arquitecta y archivista, quien tuvo a cargo el archivo y la edición de dos voluminosos libros del arquitecto Alejandro Bustillo.

"Levisman tenía esta gran preocupación por los archivos y dejar un legado es algo que me parece clave en esta conversación, para darle una visión sobre el futuro, de lo que creo yo que nos debemos hacer responsables las generaciones venideras", explicaron.

Martha Levisman. Archivo Clarín.Martha Levisman. Archivo Clarín.

Al final de la charla, resultó evidente que los hilos que cruzan a las cuatro editoras, sus proyectos editoriales y vidas resultan aún potentes e iluminadores. La pregunta por lo que vendrá en el mundo de las ediciones de arte, en tiempos de digitalidad –cuestión que ya apasionaba a Méndez Mosquera–, y el siempre fundamental lugar del Estado para la preservación de estos proyectos, recordado en la charla por García Romero, hablan de una agenda tan actual y diversa, como urgente.

Clarin

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