Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Mexico

Down Icon

¿Cuál es el futuro del derecho frente a la inteligencia artificial y la virtualidad? Responde Alejandro Dabah

¿Cuál es el futuro del derecho frente a la inteligencia artificial y la virtualidad? Responde Alejandro Dabah

Alejandro Dabah es abogado y docente universitario desde 1995. Publicó artículos y capítulos en libros especializados. Su interés por las tensiones entre derecho, tecnología y sociedad lo llevó a disertar en congresos nacionales e internacionales y a crear Revés, un proyecto de divulgación jurídico con espíritu crítico. Editado por Godot, acaba de publicar Revés, el otro lado del derecho.

En ese trabajo despliega una mirada crítica, provocadora y profundamente necesaria sobre el mundo jurídico. Con años de experiencia en el cruce entre derecho, tecnología y sociedad, el autor propone democratizar el conocimiento legal y repensar los sistemas normativos que regulan nuestras vidas. Su libro, que combina divulgación, narrativa y análisis, busca acercar las leyes a todas las personas, sin tecnicismos excluyentes ni jerga incomprensible, y plantea una pregunta urgente: ¿puede el derecho seguir funcionando como si el mundo no hubiese cambiado?

En diálogo con Clarín, Dabah explica el origen del proyecto y los desafíos que enfrenta el derecho frente a fenómenos como la inteligencia artificial, la virtualidad y las nuevas formas de violencia.

–En el libro, partís de la premisa de que “el conocimiento de las leyes no debería ser un privilegio de abogados y jueces, sino un derecho de toda persona”, ¿cómo se logra en lo cotidiano?

–Lograr que el derecho llegue a conocimiento del público en general es un desafío. Creo que esto puede conseguirse a través de varias acciones. Por ejemplo, pienso que es importante capacitar a los operadores jurídicos (como son los jueces, abogados/as, escribanos/as) y a los comunicadores en general, para que utilicen un lenguaje claro, sin perder precisión. No hace falta hablar “raro” para demostrar que se sabe. Otra cosa útil es utilizar las redes sociales como medio de difusión. A través de cuentas de instagram, de tik tok, canales de YouTube e, incluso, “memes”, pueden transmitirse conocimientos que ayuden a las personas a reconocer cuáles son sus derechos y cómo ejercerlos. También pienso que la divulgación con narrativas, es decir, contar historias donde el derecho aparezca como elemento central, es una buena herramienta para conectarlo con las personas. Esto último es lo que intenté hacer en mi libro.

Alejandro Dabah es abogado y docente universitario y escribió Revés, el otro lado del derecho. Foto: redes sociales.Alejandro Dabah es abogado y docente universitario y escribió Revés, el otro lado del derecho. Foto: redes sociales.

–“No conocer las leyes es como entrar a una partida de ajedrez sin conocer los movimientos de las piezas”, escribís también: la mayoría de la ciudadanía no conoce las leyes, ¿creés que es a propósito que sea tan difícil conocerlas?

–Me cuesta creer que haya un plan ideado para evitar que la gente conozca sus derechos. Sin embargo, es indudable que la ignorancia de la población, la falta de conocimiento, es utilizada por el poder para dominar. Es claro que cuánto más gente sospeche, cuestione y tenga una visión crítica del mundo, más difícil será dominarla. En ese sentido, no creo que sea difícil conocer los derechos, pero sí que sea poco conveniente para algunos.

–Contás también de un sueño recurrente tuyo que es que te llaman para decirte que debés la última materia de la Facultad y que la pregunta que te hacen en el final es Qué es el derecho, ¿Podrías responderla?

–En el libro intento alejarme de la educación tradicional donde el docente o el divulgador es una especie de “chamán” que tiene por función revelar verdades absolutas que piensa que nadie conoce. No creo en eso. En su lugar, intento dar algunas herramientas que les permitan a los lectores arribar a sus propias conclusiones, que no necesariamente tienen que ser iguales a las mías. En este sentido, y más que dar una definición de derecho, me interesa pensarlo como un sistema compuesto por varios elementos que interactúan entre sí. Entre esos elementos, pienso que hay tres que lo caracterizan y que son: las normas, la creencia de la población sobre la obligatoriedad de esas normas y los sujetos a los cuales van dirigidas. A partir de esos tres elementos, creo que podemos crear todo el universo llamado “derecho” y elaborar las definiciones que cada uno sienta que se ajusta mejor a la realidad.

–¿Cuáles son las diferencias básicas entre derecho y justicia?

–El derecho es una idea, un concepto; en cambio la justicia es un valor que sirve para calificar a esa idea. Esto hace que el derecho no necesariamente tenga que ser justo. Puede serlo como no. En el libro pongo como ejemplo el caso de las leyes de Nuremberg, de 1935, que fueron las que “legalizaron” el nazismo e impusieron un régimen legal de discriminación racial que sentó las bases para la persecución sistemática de los judíos y otras minorías. Estas leyes formaban parte del derecho alemán y, por supuesto, no se caracterizaron por ser justas. Sin embargo, eso no impidió que formaran parte del derecho germano. Esto indica que derecho y justicia son conceptos distintos que no necesariamente van unidos.

–También hablás de los derechos de niñeces, adolescencias y vejeces, ¿de qué manera se hacen cumplir en las democracias actuales?

–Existe un conjunto de normas, tanto a nivel nacional como internacional, que se ocupa de la protección de los derechos de los niños, niñas, adolescentes y personas mayores. Esas normas están llenas de buenos deseos que, en parte, creo que se cumplieron. Estoy convencido, por ejemplo, que los niños y niñas viven mucho mejor hoy que hace 200 años. Recordemos que durante la llamada Revolución Industrial los niños, y en menor medida las niñas, eran empleados en las fábricas de producción bajo deplorables condiciones de trabajo, que les causaban todo tipo de problemas. Incluso, existen informes médicos de la época que mostraban la existencia de un generalizado envejecimiento prematuro de los niños y niñas a causa de esas condiciones. Si bien es cierto que, en muchos lugares, se siguen infringiendo los derechos de los niños y niñas, creo que el dictado de algunas normas contribuyó a aumentar la calidad de vida de este sector de la población. Por ejemplo, la mortalidad infantil se redujo más del 90% en promedio global desde 1825 hasta hoy y eso fue, entre otras cosas, por la existencia de normas que se ocuparon de protegerlos. Por supuesto que esa no es la única razón. Ahora bien, muchas veces esos mismos sistemas de normas son los que terminan discriminando o perjudicando a ciertos sectores. Y me parece que eso se vio claramente con la vejez y las normas que se dictaron durante la pandemia de COVID-19. Durante ese período de tiempo en que se extendió la pandemia, algunas políticas sanitarias sugerían que, en situaciones de escasez de recursos, se debía descartar la aplicación de ciertos tratamientos a las personas mayores, adoptando un criterio absolutamente discriminatorio en razón de la edad. Con esto quiero decir que no siempre que se regula se lo hace con un fin de protección.

–¿Cuál es el futuro y el revés del derecho?

–Pienso que el futuro del derecho nos enfrenta a un enorme desafío. Creo que los sistemas legales, tal como los conocemos hoy, sólo pueden dar respuestas a un mundo que ya no existe. Por delante tenemos, por ejemplo, el desafío de pensar si habrá que dotar de personalidad jurídica a las máquinas que utilizan inteligencia artificial, responder quién será responsable si fallan, preguntarnos cómo haremos para crear un sistema de regulación que se aplique sin saber exactamente dónde ocurrieron los hechos, porque muchas veces esos hechos ocurren en el ciberespacio que es un concepto desconocido para el derecho. Los ordenamientos jurídicos de casi todos los países del mundo tienen una visión localista que no logra conjugar con la realidad actual. Y es ahí donde cobra importancia el concepto de revés del derecho; porque, para encontrar las respuestas que necesita el mundo de hoy, es necesario abandonar viejas estructuras, animarse a pensar todo de nuevo sin temor a no llegar a ningún lado, ser creativos en las soluciones que proponemos y arriesgarnos a cambiar. Para eso, creo que es indispensable dar vuelta el derecho y ser capaces de verlo desde otro lado. Eso intento hacer en el libro.

Alejandro Dabah básico
  • Es abogado y docente universitario graduado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
  • Desde 1985 comenzó su carrera docente en esa misma casa de estudios, desempeñándose como profesor adjunto en cátedras vinculadas al derecho penal y procesal penal.
  • Ha publicado artículos y capítulos en libros especializados y participó como disertante en congresos nacionales e internacionales.

Revés, el otro lado del derecho, de Alejandro Dabah (Godot).

Clarin

Clarin

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow