Maquillaje de verano: luz, color y libertad de expresión
La temporada cálida de 2025 está reescribiendo los códigos del maquillaje contemporáneo. La atención se centra en una belleza luminosa, fluida y consciente, que abraza el color y realza la belleza natural de la piel. El maquillaje ya no impone definiciones rígidas, sino que se convierte en un lenguaje individual, un vehículo de identidad y estilo personal. La estética Y2K, la estética del año 2000 que caracteriza a finales de los 90 y principios de los 20, renace en una versión sofisticada, mientras que las texturas se vuelven ligeras, fundentes y se integran a la perfección con la tez.
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Efecto bronceado, sin exposición solar.
El bronceado ya no es un requisito, sino una inspiración. Una tez sana y radiante se consigue mediante el uso estratégico de bronceadores, rubores y polvos en fórmulas líquidas o en crema. Las texturas son sutiles y modulables, diseñadas para adherirse a la piel como una segunda piel y esculpir delicadamente el rostro. Los tonos van desde cálidos dorados y cobrizos hasta bronces profundos, que se difuminan de forma natural y suave.
La mirada se ilumina de azul.
Las sombras de ojos vuelven a estar de moda, impulsadas por el resurgimiento de los 2000. Azules acuáticos, turquesas, lilas y metálicos son las paletas clave del verano, con interpretaciones que van desde la ligereza satinada de los looks diurnos hasta la intensidad gráfica de las versiones de noche. El enfoque es creativo y equilibrado: armonías tono sobre tono y texturas suaves hacen que el color sea ideal para el día a día.
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