Exposiciones, en Perugia 'Extra' con 18 artistas contemporáneos

La Fundación Perugia presenta «Extra Segni antichi/Visioni contemporanee», un importante proyecto con el doble objetivo de valorizar y difundir la reciente adquisición de aproximadamente 1700 pergaminos de la Colección Albertini y, al mismo tiempo, mostrar su continua vitalidad en diálogo con dieciocho artistas contemporáneos como Alighiero Boetti, Emilio Isgrò, Maria Lai, David Tremlett, Gianni Dessì y muchos otros, creando combinaciones nuevas e inesperadas. «Extra. Segni antichi/Visioni contemporanee» es el último proyecto de la Fundación Perugia que, tras las exposiciones dedicadas a Antonio Canova, la comparación entre Perugino y Burri y la reflexión sobre el tema Naturaleza/Utopía, presenta una original propuesta expositiva para poner en diálogo lo antiguo y lo contemporáneo en una exposición que también puede considerarse doble, ya que investiga la relación entre imagen y signo, icono y palabra.

Comisariada por Marco Tonelli, la idea de esta exposición surgió en 2024 cuando la Fundación Perugia adquirió una selección de la Colección Albertini compuesta por aproximadamente 1700 sobres de pergamino que datan de los siglos XIII al XV. Se trata de valiosas cubiertas documentales, finamente decoradas y pintadas sobre sobres de pergamino que envolvían antiguos registros municipales, notariales y administrativos, pertenecientes a podestás, capitanes del pueblo, jueces y alcaldes del municipio de Perugia. En su interior aparecen listas, textos, notas judiciales, como testimonios de acusaciones, informes de daños a cultivos y ganado, y registros de abastecimiento y distribución de alimentos.

En un pergamino en particular aparece la palabra Extraordinariorum, que proviene del término latino de la época imperial cognitio extra ordinem para indicar normas legales fuera de los esquemas tradicionales y que luego se trasladó al lenguaje actual para describir algo inusual, inesperado, excepcional. De ahí la idea de crear algo extraordinario, como la yuxtaposición de una selección de unos 100 pergaminos con más de 40 obras de 18 artistas contemporáneos italianos e internacionales, según criterios a veces muy estrictos, otras meramente evocativos, otras aún iconográficos o tipológicos, si no temáticos y materiales, o que conectan palabra e imagen, entendiendo la imagen como palabra, rompecabezas visual o figura hablante. «Con EXTRA, la Fundación Perugia reafirma su compromiso con la protección y la valorización del patrimonio histórico, pero también con la construcción de nuevos lenguajes, nuevas visiones, capaces de devolver el sentido y la vitalidad a la memoria, convirtiéndola en un patrimonio vivo», afirma Alcide Casini, presidente de la Fundación Perugia.

La idea de la exposición es crear referencias que, sin hacer más claros ni legibles los pergaminos antiguos, los actualicen en un retorno temporal entre el pasado del hallazgo y el presente de la obra de arte contemporánea; por lo tanto, ver lo antiguo con una mirada (a)histórica y observar el presente con una perspectiva vinculada a la tradición, en un intercambio entre pasado y presente que hace del arte un arte siempre contemporáneo y que reactualiza la imagen antigua a nivel perceptivo. «Existe una gran riqueza de símbolos y signos vinculados a la ciencia heráldica, pero también muchísimas posibilidades para que el arte contemporáneo nos haga observar con nuevos ojos aspectos no solo formales, sino también materiales (laceraciones, desgarros y costuras de los pergaminos) que a menudo se consideran simplemente defectos y desgastes causados ​​por el tiempo —afirma el comisario Marco Tonelli—. Así es como Extra pretende mostrar, con una instalación particular que resalta las conexiones y relaciones entre los hallazgos antiguos y el arte contemporáneo, la condición extratemporal del arte en estrecho contacto con los documentos históricos y la cultura material, que en este caso regulaban la vida de la ciudad de Perugia entre la Edad Media y el Renacimiento».

Los pergaminos no siempre son fáciles de leer, pero se aprecian por su fluidez y composición, y su valor formal e icónico es incuestionable. Por ello, la exposición se divide en cinco macroáreas —Figuraciones, Abstracciones, Motivos, (Re)escrituras y Símbolos— que ofrecen una comparación y un diálogo con artistas contemporáneos que trazan un recorrido que refleja la historia de las imágenes en su relación con la palabra. En «Figuraciones», los escudos heráldicos con figuras de leones rampantes, grifos, cisnes con cuellos entrelazados, bueyes, pájaros, perros, unicornios y muchos otros se unen a las cerámicas hiperrealistas de Bertozzi & Casoni, las provocaciones de Wim Delvoye, inspiradas en la heráldica, las pinturas de Gabriele Arruzzo y las invenciones atemporales de Luigi Serafini, un artista figurativo siempre capaz de crear alfabetos y lenguajes visuales icónicos.

Los temas de los escudos de armas suelen ser motivos de escudos con bandas multicolores y motivos geométricos, que en la sección dedicada a las Abstracciones se amplían con las asonancias con obras de arte contemporáneo de artistas que han hecho del elemento geométrico, la investigación iconográfica y el concepto mismo de palabra/imagen su poética, como Maurizio Cannavacciuolo, David Tremlett y Beverly Pepper. También se exhibe la obra original de uno de los dos carteles oficiales de Umbria Jazz, creado por David Tremlett con motivo del quincuagésimo aniversario de la edición de verano y el trigésimo aniversario de la edición de invierno de uno de los eventos de jazz más importantes del mundo: también en este caso, una red virtuosa entre las instituciones culturales del territorio umbro.

Entre iconografías bien definidas con animales y figuras humanas y entre formas geométricas bien estructuradas, hay también un espacio autónomo hecho de elementos aislados o que pueden ir más allá del significado semántico u ornamental: líneas y colores que constituyen el grado cero de la representación y que se encuentran en la sala dedicada a los Motivos en la que se comparan los pergaminos con los signos gráficos de Domenico Bianchi, Gianni Dessì, Alighiero Boetti y Giorgio Griffa, artistas que han creado imágenes autónomas y abstractas a partir precisamente de la reiteración del signo.

Sin embargo, también hay composiciones que utilizan iconografías y formas reconocibles para crear escudos misteriosos y por tanto fascinantes, de los que hemos perdido el origen o el significado pero de los que reconocemos el poder del valor de los Símbolos: estos escudos encuentran un paralelo casi directo con las imágenes de Ugo La Pietra, con las creaciones de Luigi Ontani, con las grandes láminas de Mimmo Paladino y con las obras de Joe Tilson, todas las cuales consiguen reactivar los antiguos símbolos y hablar con una nueva voz, como si fueran signos de nuestro tiempo, dando cuerpo a la idea de temporalidad extra de la historia del arte.

Finalmente, en la sección (Re)escrituras, la corporeidad del objeto como tal entra en juego: muchos de los pergaminos han sido sobrescritos con el tiempo, reutilizados, fijados con alfileres en los márgenes y presentan tachaduras y reconsideraciones, costuras para reparar desgarros y laceraciones, pero también dejando visibles agujeros y signos de desgaste. Surge así un aspecto material y visual que realza su fisicalidad y su evidencia escritural, al ser verdaderos libros que narran con filigrana la historia de la ciudad de Perugia en un momento muy específico, lo cual se confirma en las icónicas tachaduras de Emilio Isgrò, en los fragmentos de textos e imágenes de Gastone Novelli y en las obras de Maria Lai, que nunca son simples bordados, sino escritos cosidos.