En CIbum, formación culinaria e inclusión: siete jóvenes autistas reciben diplomas.

La cocina no es solo el lugar donde las recetas cobran forma y sabor, sino también el espacio donde se desarrollan programas de inclusión. Esto queda demostrado por la larga sinergia entre In Cibum-Scuola di Alta Formazione Gastronomica, dirigida por Mariagiovanna Sansone; Oisma Aps, presidida por Annalisa Siano; y la organización sin fines de lucro Seconda Stella. Ayer por la tarde, lunes 28 de julio, la sede de In Cibum acogió la ceremonia de graduación de siete niños y niñas con autismo que cursaron cursos de cocina, repostería y pizza. El proyecto fomentó el crecimiento, la independencia y la inclusión en los contextos sociales y profesionales que comparten los estudiantes con autismo y neurotípicos. La formación impartida por los instructores de In Cibum adoptó un enfoque cualificado y familiar, permitiendo a los estudiantes adquirir habilidades técnicas e interpersonales: desde la preparación de un plato hasta el manejo seguro de los utensilios y la interacción con los demás. El equipo de instructores estuvo compuesto por Marco Cefalo, chef residente; Valentino Tafuri, coordinador educativo de los cursos In Forno e In Pizzeria; e Imma López y Raffaella Vara, graduadas de In Cibum que ahora gestionan el laboratorio de la escuela. Una contribución clave a esta experiencia, que forma parte de la campaña "Manos a la Obra", fue la colaboración del equipo de especialistas de Oisma (psicólogos, educadores sociales y asociaciones de trabajadores sociales), quienes apoyaron a los niños en talleres, ayudándolos a consolidar habilidades esenciales para su independencia diaria. Seconda Stella, socio del proyecto, también contribuyó ofreciendo una amplia gama de actividades para adolescentes y jóvenes con discapacidad. «Inclusión significa compartir experiencias», enfatizó Mariagiovanna Sansone, directora de la Escuela, «sistematizando las experiencias de todos. La sinergia del proyecto con Oisma y Seconda Stella es prueba de ello. Los programas se estructuraron en torno al potencial de cada estudiante, potenciando sus talentos y ayudándolos a ser más conscientes de las habilidades adquiridas». “Proyectos como este demuestran con la práctica que es posible educar, empoderar y ayudar a cada persona a crecer, incluso cuando siguen caminos poco convencionales”, explica Annalisa Siano, presidenta de Oisma. “Estamos orgullosos de cada joven y agradecidos con quienes han decidido creer en nuestro sueño”.
La ceremonia de graduación concluyó con la proyección de un video relato sobre los meses pasados en los talleres de In Cibum: una narración sobre la inclusión que enfatizó la energía de hacer, la belleza de compartir y la dignidad de construir, paso a paso, el propio lugar en el mundo.
İl Denaro