Despedida de Pippo Baudo, funeral en su ciudad natal Militello

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Poco antes de morir, me confesó que el éxito (y él, como saben, lo tenía de sobra) no basta para llenar el corazón. ¡El éxito no basta para hacerte feliz! Esta es una verdad que resuena en sintonía con el Evangelio. Así lo dijo Don Giulio Albanese, padre espiritual de Pippo Baudo, en su homilía durante el funeral en el santuario de Militello Val di Catania. «Pippo sin duda gozó del favor del público y de la alegría de entrar, con gracia y habilidad, en los hogares de millones de italianos. Pero más allá de los programas y los aplausos, lo que queda es su capacidad para transmitir cercanía, dar espacio a muchos artistas y cultivar relaciones sinceras. Muchos lo recuerdan como un hombre generoso y discreto, dispuesto a ayudar sin fanfarrias», dijo Don Giulio Albanese, padre espiritual de Pippo Baudo, en su homilía durante el funeral en el santuario de Militello Val di Catania. "El sentido de justicia de Pippo era fuerte y siempre estuvo grabado en su alma.
Sobre todo en la valentía que demostró en varias ocasiones contra la mafia, un mal que, según él, debe ser erradicado, buscando siempre y en todo caso la legalidad. Así, en su homilía, Don Giulio Albanese, padre espiritual de Pippo Baudo, citó el texto de las Bienaventuranzas: «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados».
En su homilía, Don Giulio Albanese, director espiritual de Pippo Baudo, invitó a todos a rezar "especialmente por su familia: por su hija Tiziana, su hijo Alessandro y sus nietos Nicholas y Nicole". "El dolor de la separación los afecta más directa y profundamente: pedimos al Señor que les conceda consuelo, para que sepan que la muerte no es la última palabra, sino que el vínculo de amor que los une a Pippo —padre y abuelo— encuentra plenitud en Dios, donde nada se pierde", dijo Don Albanese. "También recordamos a quienes lo acompañaron con dedicación y fidelidad: especialmente a su asistente Dina, quien durante estos meses y años de enfermedad fue su verdadero ángel de la guarda", añadió. "También recordamos a los numerosos amigos, conciudadanos de Militello, colegas, artistas y figuras del mundo del espectáculo que hoy lloran su fallecimiento: que conserven no solo el recuerdo de sus éxitos, sino sobre todo el testimonio de humanidad, generosidad y pasión que Pippo les dejó".
«Gracias, gracias, gracias», fueron las palabras de Pippo Baudo, entre lágrimas, cuando Don Giulio Albanese, su director espiritual, le administró la última comunión. El propio Don Albanese lo reveló durante la homilía.
Vídeo de Pippo Baudo, Padre Giulio: "Estos fueron sus últimos días de gran sufrimiento".