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Vejiga hiperactiva: un verdadero handicap que hay que tratar

Vejiga hiperactiva: un verdadero handicap que hay que tratar

La hiperactividad de la vejiga, muy incapacitante en el día a día, da lugar a urgencias e incluso incontinencia urinaria. Afecta a aproximadamente el 15% de la población pero, para muchos, sigue siendo un tabú. "Sin embargo, es importante consultar a un médico", insiste el Dr. Olivier Alenda, urólogo de la clínica Fleurs de Ollioules (Var). Por un lado, para descartar cualquier patología que pudiera ser la causa, y por otro, porque hay soluciones —¡a veces muy sencillas!— para superarla.

Una verdadera desventaja

Tan común en hombres como en mujeres, la vejiga hiperactiva produce polaquiuria (micción frecuente, al menos ocho veces al día), urgencia (necesidad urgente) y nicturia (al menos un despertar por noche para ir al baño). “No es un trastorno exclusivo de pacientes mayores, sino que afecta también a personas más jóvenes”, comenta el especialista. "Y tiene un impacto real en la vida social".

El calendario de micción

Para evaluar el grado de vejiga hiperactiva, a veces es necesario realizar un diario miccional para evaluar la frecuencia de las micciones, las cantidades orinadas, pero también las cantidades y los tipos de líquidos absorbidos.

A veces es una cuestión de estilo de vida. Al cambiar ciertos parámetros de comportamiento, como la dieta, y trabajar para tranquilizar al paciente, ¡todo vuelve a la normalidad! tranquiliza al urólogo,

Pero primero es necesario estar seguro del diagnóstico y descartar cualquier causa patológica.

Diagnóstico: Eliminar otras causas

El síndrome obstructivo prostático en hombres, el prolapso en mujeres, la cistitis (inflamatoria aguda, intersticial o crónica), un trastorno o enfermedad neurológica o incluso un tumor de vejiga pueden provocar este síntoma.

Una vez eliminadas estas causas potenciales, se puede diagnosticar hiperactividad idiopática (sin causa identificada). También hablamos de la hiperactividad del detrusor vesical: «De hecho, es el detrusor, el músculo que controla la vejiga, el que se irrita por diversas razones y se contrae con demasiada fuerza y ​​frecuencia, provocando la necesidad de orinar incluso con la vejiga llena. Esto ocurre con mayor frecuencia en personas estresadas y ansiosas», señala el médico.

Tratamientos progresivos

En el caso específico de vejiga hiperactiva sin patología de base, el tratamiento es muy gradual.

Antes de considerar el tratamiento farmacológico, podemos adoptar medidas de estilo de vida —empezando por dejar de fumar y reducir el consumo de diuréticos como el té y el café— y medidas conductuales: no esperar demasiado, pero tampoco apresurarse para ir al baño. Los ejercicios de relajación para reducir el estrés pueden ayudar a resolver el problema, y ​​la rehabilitación puede ser útil. La electroestimulación del nervio tibial posterior —ubicado por debajo y por encima del maléolo medial— limita, a nivel de la corteza, los mensajes de estimulación a la vejiga. Sesiones diarias de 15 a 30 minutos durante unos tres meses dan muy buenos resultados.

Si estas sencillas medidas no son suficientes, el médico puede recetar dos tipos de medicamentos. “Un anticolinérgico limita la contracción vesical inesperada, pero tiene efectos secundarios importantes: sequedad de boca, estreñimiento, retención urinaria, deterioro cognitivo”, advierte el especialista. “Otra opción: un agonista beta 3 que actúa sobre el receptor del detrusor, relaja la fibra muscular y aumenta la capacidad de la vejiga, con efectos secundarios limitados”.

En último caso

Si la vejiga hiperactiva idiopática resiste las medidas y tratamientos médicos, la evaluación urodinámica se vuelve esencial. "El examen requiere la introducción de una sonda muy fina", asegura el urólogo, "es completamente indoloro".

Aclarará el diagnóstico y orientará la elección de un tratamiento más eficaz. pesado. Primera solución: inyecciones endoscópicas de botox para paralizar el músculo detrusor. Esto aumenta la capacidad de la vejiga. El efecto dura unos doce meses, pero cuanto más se repite el procedimiento, menos efectivo es. También existe el riesgo de retención urinaria después de las inyecciones.

Otra opción: la neuromodulación sacra, posible en ausencia de cualquier trastorno neurológico. Primero colocamos un electrodo temporal en la raíz sacra S3. Si funciona, insertamos un dispositivo que funciona como un marcapasos. Es ajustable y nos permite regular la estimulación según los síntomas.

El Dr. Alenda concluye enfatizando la importancia de priorizar los tratamientos. “Hay que avanzar paso a paso, tomándose el tiempo necesario para tranquilizar al paciente”.

Caso especial

La hidrodistensión vesical, una técnica quirúrgica que distiende la vejiga –cuando su capacidad no supera los 150 ml en lugar de aproximadamente 600 ml– no es una opción para la vejiga hiperactiva idiopática. "Se reserva para casos muy concretos de hiperactividad dolorosa como la cistitis intersticial", explica el urólogo.

Nice Matin

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