Salud. ¿Por qué el exceso de alcohol provoca vómitos?

Beber demasiado alcohol somete al cuerpo a tensión.
Cuando el exceso es excesivo, el cuerpo reacciona provocando náuseas y vómitos. Este es un reflejo de protección: expulsar la sustancia ofensiva antes de que sus efectos se vuelvan demasiado dañinos.
Una reacción de defensa del cuerpo.Al consumir grandes cantidades de alcohol, el hígado y el estómago se ven sometidos a una rápida presión. El etanol, la molécula activa del alcohol, se difunde rápidamente en la sangre y altera muchos mecanismos biológicos.
Para defenderse, el cuerpo desencadena náuseas y luego vómitos, una forma de limitar la intoxicación expulsando lo que aún no ha sido absorbido.
En última instancia, no se trata de un castigo, sino de un intento del cuerpo de deshacerse de una sustancia nociva.
Inducir el vómito a propósito: ¿una mala idea?Algunas personas creen que provocarse el vómito después de beber demasiado les permitirá eliminar el alcohol más rápidamente. En realidad, el etanol se absorbe muy rápidamente en las mucosas digestivas y llega rápidamente al torrente sanguíneo. Para cuando empieza el vómito, la mayor parte del alcohol ya ha pasado esta etapa.
Entonces, aunque vomitar parezca una forma de evacuar, no elimina los efectos nocivos del alcohol ya presente en la sangre.
Por tanto, provocar el vómito tiene un efecto limitado y conlleva riesgos: irritación e inflamación del esófago, daños en las encías, deterioro progresivo del esmalte dental, etc.
En conclusión, es mejor dejar que el cuerpo se las arregle en lugar de empeorar el daño.
¿Cómo rehidratarse adecuadamente después de una “resaca”?Después de un exceso, es necesario rehidratar el cuerpo, pero con precaución.
La deshidratación es uno de los principales efectos del consumo excesivo de alcohol. Se debe tanto al efecto diurético del etanol como a las pérdidas adicionales asociadas con los vómitos.
Un reflejo común es beber mucha agua de golpe. Sin embargo, esta estrategia es contraproducente: provoca nuevas náuseas y aumenta la pérdida de minerales.
En cambio, los expertos recomiendan beber lentamente, en sorbos pequeños y espaciados, y elegir bebidas ricas en electrolitos, como jugos de frutas diluidos, caldos salados o soluciones de rehidratación.
Los peligros del alcohol para la saludLa tolerancia al alcohol varía mucho de una persona a otra. Algunas personas parecen no verse afectadas después de unas copas, mientras que otras sienten los efectos rápidamente. Esto no significa que las primeras estén protegidas: el alcohol sigue siendo perjudicial, incluso sin síntomas inmediatos.
Los riesgos asociados a un consumo excesivo son numerosos: enfermedades hepáticas crónicas (esteatosis, cirrosis), enfermedades cardíacas, trastornos cognitivos, cánceres digestivos, etc. “Controlar el alcohol” no significa que sea menos peligroso.
Le Progres