Los medicamentos contra la obesidad podrían tener efectos inesperados: podrían ser eficaces contra docenas de enfermedades

Desde su llegada al mercado hace diez años para pacientes diabéticos, ahora se consideran el "medicamento milagroso" contra la obesidad.
Uno de cada ocho estadounidenses recibe tratamiento con uno de estos medicamentos de nueva generación contra la obesidad. También están generando un gran interés en Francia, donde los famosos Ozempic y Wegovy están aprobados. Originalmente recetados para la diabetes tipo 2, ahora también están indicados para la obesidad y pronto podrían usarse para muchas otras enfermedades. Durante varios años, la investigación científica ha reportado amplios beneficios de los medicamentos llamados "análogos del GLP-1", que van mucho más allá de la diabetes y la obesidad.
Un estudio publicado el 20 de enero de 2025 en la revista Nature Medicine ha establecido un mapa único de todos los beneficios, así como los riesgos asociados a estos medicamentos, en 175 enfermedades. Para lograrlo, los investigadores realizaron un seguimiento a casi 2 millones de exveteranos, algunos de los cuales recibieron tratamiento con estos fármacos. «Dada la novedad y la creciente popularidad de estos medicamentos, es importante examinar sistemáticamente sus efectos en todos los sistemas del cuerpo, sin escatimar esfuerzos, para comprender qué hacen y qué no», explicó el autor principal del estudio, el Dr. Ziyad Al-Aly, en un comunicado de prensa de la Universidad de Washington.

De las 175 enfermedades estudiadas, los investigadores observaron y confirmaron que las personas que tomaban medicamentos con GLP-1 tenían un menor riesgo de padecer 42 enfermedades. A nivel cardiovascular y respiratorio, el uso de estos medicamentos se asoció con un menor riesgo de eventos cardiovasculares graves, insuficiencia cardíaca, trastornos de la coagulación, trombosis, hipertensión y embolia pulmonar, EPOC, insuficiencia respiratoria, etc. A nivel neurológico, también se redujeron los riesgos de drogadicción, convulsiones epilépticas, ictus e incluso demencia, incluyendo la enfermedad de Alzheimer. Otras enfermedades, como la insuficiencia renal y hepática o las enfermedades infecciosas, también fueron menos frecuentes.
Sin embargo, se observó un mayor riesgo de padecer 19 afecciones, como trastornos gastrointestinales, presión arterial baja, pancreatitis, ciertas enfermedades renales, trastornos del sueño y dolor articular. Este impacto en el páncreas y los riñones se desconocía previamente. «Aunque estos efectos adversos son poco frecuentes, pueden ser muy graves», según el Dr. Ziyad Al-Aly. Concluye que, si bien estos fármacos «pueden tener amplios beneficios para la salud», «no están exentos de riesgos. Nuestros resultados destacan el potencial de aplicaciones más amplias para estos fármacos, pero también destacan riesgos importantes que deben vigilarse de cerca en las personas que los toman».
L'Internaute