Editorial. Desperdiciar tu capital solar para generar expectación: ¡está de moda!

La vida real no tiene gracia ahora mismo. En el mundo real, los países vecinos se pelean y resuelven sus diferencias con misiles. Qué lástima para los civiles. La economía es caprichosa y julio es decepcionante para los turistas. Por no hablar de la caída en picado de la natalidad. Por suerte, en la otra vida —la digital— todos creen encontrar un remanso de paz, un momento de relajación neuronal, un desapego digital. En teoría. Pero en la práctica, las tonterías más peligrosas florecen en el mundo de los influencers. A estos nuevos gurús nunca les falta imaginación para crear expectación. Ojo, ellos marcan la pauta, pero no se exponen: no, son los seguidores de Toktok o Instaschtroumphs quienes se arriesgan. No te pases.
La última tendencia es pan comido: se trata de lucir unas líneas de bronceado radiantes y presumirlas al mundo en un vídeo. La famosa "línea de quemadura " es tan popular que algunas personas pasan horas bajo el sol abrasador, untadas en aceite de oliva o monoi, para conseguir la quemadura más espectacular posible. Líneas claras sobre un fondo escarlata: elegantes. Piel descamada y ampollas, además. Este fenómeno preocupa a los dermatólogos, que predicen dolorosas consecuencias para quienes malgasten su dinero en broncearse para comprarse 30 segundos de fama. Pero los profesionales de la salud pueden estar tranquilos: este reto de bronceado ligeramente lunar no durará. Unas semanas, y se acaba. Así es el destino de los retos absurdos, como comerse una mazorca de maíz girándola en un taladro, encerrarse en una maleta o tragarse cápsulas de detergente. Tras los primeros accidentes, la tendencia cambia. Parece que entre la estupidez real y la estupidez virtual, no sabemos qué elegir...
Le Républicain Lorrain