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Anuncian un desierto médico en Mios: un paciente testifica

Anuncian un desierto médico en Mios: un paciente testifica

Tras el testimonio del doctor Jean-Claude Carminati, uno de los últimos médicos de Mios en jubilarse y cuyo consultorio está cerrando por falta de sucesores, uno de sus pacientes de 82 años comparte su consternación.

En nuestra edición del 10 de mayo, dimos la palabra al Doctor Jean-Claude Carminati, uno de los últimos médicos de Mios. A sus 70 años, él y su socio se jubilan y tendrán que cerrar su consulta por falta de compradores.

Después de leer nuestro artículo, André Massard, uno de sus pacientes, quiso reaccionar. Desde 1985, mi esposa y yo hemos tenido al Dr. Carminati como nuestro médico de cabecera. Ejerció un verdadero sacerdocio y le agradecemos su dedicación a nuestra familia. Le deseamos una feliz jubilación; se la merece tras cuarenta años de ejercer una verdadera vocación.

Y lamentarse: «Hoy en día, todavía no hemos encontrado un nuevo médico de cabecera, ni en Salles, ni en Biganos, ni en Mios, donde solo quedará un médico para 13.000 habitantes, mientras que se necesitarían dos para sustituirlo. Por otro lado, tenemos una amplia oferta en paramédicos y bienestar…».

André Massard, de 82 años, precisa que padece la enfermedad de Parkinson mientras que su esposa padece problemas cardíacos y neurológicos. A ambos se les reconoce una “enfermedad crónica”.

"Nuestros ojos para llorar"

Francia financia a ONG como Médicos del Mundo y Médicos Sin Fronteras para su trabajo en el extranjero, mientras que en su territorio, en una ciudad de 13.000 habitantes, ¿solo quedará un médico? Antes, para establecer una consulta, un joven médico tenía que comprar la cartera de pacientes de un colega; hoy, tienen que pagarle. Existe una sobreoferta realmente perjudicial ante la escasez.

Al denunciar la "zonificación absurda y la política del avestruz de la ARS (Agencia Regional de Salud)", André Massard deplora la "implacable actitud hacia los jubilados".

Algún día, ya no podré conducir, ¿tendremos que usar transporte médico para ir a las consultas? Por suerte, el supermercado y la carnicería nos entregan a domicilio. Por un lado, decimos que queremos que las personas mayores se queden en casa; por otro, hacemos todo lo posible para evitarlo. Por otro lado, financiamos residencias de ancianos para el deleite de los fondos de pensiones. ¿Qué nos queda entonces? Llorar.

SudOuest

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