Sessenheim. Festival del Pueblo: Los precios se disparan, los trabajadores de la feria tienen dificultades.

La quinta edición del "Saessemer Fescht" se celebró una vez más en el centro del pueblo con el apoyo del equipo municipal y siete asociaciones para ofrecer a los visitantes diversas actividades. Durante el fin de semana, el messti y sus atracciones tomaron el relevo.
Una docena de puestos, juegos mecánicos y otras atracciones ofrecían entretenimiento para jóvenes y mayores. Sin embargo, los precios generaban comentarios del público. Es cierto que por menos de tres euros, no había mucho que encontrar. En la "Tagada", una gran atracción con giros y volteretas, donde los pasajeros, sentados sin arneses ni cinturones de seguridad, permanecen de pie un rato antes de caer al suelo, una atracción costaba cinco euros.
Jeanne y Charles le habían dado 50 euros como "Messti-Geld" a su nieto, quien los gastó en menos de dos horas. Unas cuantas vueltas, una bebida y un capricho, y la bolsa estaba vacía.
El propietario de la "Tagada", Stéphane Zigs, es consciente del problema, pero afirma que se ve obligado a ajustar los precios porque los costes se han disparado. Por no hablar de la electricidad, que se ha duplicado, el combustible —"ni hablar de eso"—, el mantenimiento, las inspecciones, las normas que cambian con mucha frecuencia, y el coste de su atracción —550.000 euros— que debe amortizarse.
También señala que las tarifas de estacionamiento varían entre una y dos veces su importe según el municipio, aunque algunos ofrecen estacionamiento gratuito. Para una plaza de aparcamiento de 200 euros, se necesitan 40 clientes para compensar, pero estos ingresos son brutos y no se deducen. Y, independientemente de si hay cinco o 25 pasajeros, el consumo de energía es el mismo. Su período de actividad también se limita a la temporada de verano, ya que en invierno no hay ferias, y aun así tiene que mantener a su familia y reestructurar su estructura. Es bastante pesimista sobre el futuro que le espera a la próxima generación.
A pesar de las circunstancias, la "Fiesta Saessemer" contó con una gran concurrencia, gracias a la variedad de propuestas. Especialidades alsacianas y de otras regiones deleitaron el paladar de los visitantes, que pudieron escuchar música mientras jugaban al ping-pong o al billar holandés. El domingo, los bomberos aprovecharon la oportunidad para celebrar una vez más el 130.º aniversario de la creación del cuerpo de bomberos local.
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