Los “mheibes”, o el gran farol iraquí

Cuarenta y cinco hombres forman una fila con los puños apretados. Uno de ellos sostiene un anillo. El equipo contrario tiene cinco minutos para adivinar quién lo lleva y en qué mano. Bienvenidos al despiadado mundo del mheibes, un juego tradicional iraquí. The Atlantic viajó a Bagdad para presenciar un partido e intentar comprender por qué los iraquíes son tan buenos en él.
A las cuatro de la mañana, sopla una brisa en el estadio, cerca del centro de Bagdad, pero Qaid Al-Sheikhli aún suda bajo su dishdasha (una túnica larga que le llega hasta los tobillos). Lleva casi seis horas jugando los cuartos de final de un campeonato de mheibes, uno de los partidos más exigentes del mundo en cuanto a fuerza mental. Su equipo, Al-Sa'doun, va diez puntos por detrás. Y el tiempo avanza.
Al escuchar las reglas, el juego no parece difícil, pero sí imposible. Frente a Al-Sheikhli hay 45 hombres alineados en tres filas. Uno de ellos esconde un anillo de plata en una de sus manos. La misión de Al-Sheikhli: descubrir quién sostiene el anillo, y en qué mano, examinando únicamente su rostro y lenguaje corporal.
Al-Sheikhli ya ha avanzado mucho: junto con el otro capitán de su equipo, ha reducido la selección a cuatro personas. Un árbitro con chaqueta roja está cerca con un cronómetro. Cada equipo tiene solo cinco minutos para encontrar el aro; esa es la regla de este año. Una vez transcurrido el tiempo, el equipo contrario suma un punto.
Al-Sheikhli se centra en uno de los últimos jugadores, un hombre de mediana edad vestido con una túnica azul cielo. "El ma
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Courrier International