Johnny Hallyday regresa, en la cabeza (y voces) de Didier Gustin

Reseña En este espectáculo de comedia y canciones, el actor e imitador lo da todo.
Por Thierry Noisette
Cartel del espectáculo "Johnny, Libre en mi Cabeza" de Didier Gustin y Eric Bouvron. DIDIERGUSTIN.FR
Johnny Hallyday se aburre en el paraíso, donde lamenta no haber tenido un concierto homenaje como Dios manda. Para conseguirlo, atormenta a Didier Gustin aquí abajo, instalándose en su mente y encargándole que explore canciones francesas. El objetivo: nada menos que un gran espectáculo en el Estadio de Francia. El actor e imitador, que se presenta como un fracasado — «Johnny, libre en mi cabeza» vale su peso en autocrítica y humor—, se embarca entonces en un viaje para convencer a los artistas de participar en un homenaje.
Así, repasa las glorias presentes y pasadas de la canción, e incluso algunas difuntas como Charles Aznavour. No sin sufrir repercusiones en su vida (su esposa no comprende mucho la situación, obviamente lo toman por loco), se embarca en los caminos de Francia. Su personaje es rechazado, avanza como puede, y sus encuentros dan lugar a versiones muy exitosas de las obras del difunto Jean-Philippe Smet "al estilo de" esto o aquello.
Voces del presente y del pasado, el extraordinario talento vocal de Didier Gustin pone los clásicos de Johnny Cash en boca de decenas de personajes, con un resultado encantador. Si bien sus imitaciones son convincentes, acompañadas por tres músicos, los pasajes de Eddy Mitchell, Fabrice Luchini y Alain Bashung son particularmente memorables.
Le Nouvel Observateur