François Chaslin, figura destacada de la escena arquitectónica, ha fallecido

“Como un pájaro en un cable eléctrico, como un cantante borracho en un coro de misa de medianoche, intenté a mi manera ser libre…” Cantadas en inglés por Leonard Cohen – en Bird on the Wire (1968) – estas palabras podrían haber sido las de François Chaslin. Figura destacada en la escena arquitectónica, el hombre amaba la canción. Amaba el cine, la literatura, el mar, las ciudades, pero también “los pájaros, los insectos, los materiales desgastados, el olor a boj, la noche, el sonido del viento, las tormentas”, como presumió en una entrevista de 2019 con la revista Urbanisme. Fue uno de esos librepensadores nacidos a mediados del siglo pasado que encontraron en la arquitectura una matriz que les permitía comprender toda la riqueza del mundo. Su muerte el jueves 7 de agosto, a los 76 años, en Lanildut (Finistère), donde tenía una casa, deja a sus amigos devastados y al mundo de la arquitectura profundamente consternado.
Fue en la playa de Crapaud, donde solía nadar, donde exhaló su último aliento. Presa de un desmayo, se ahogó. Una repentina oleada le dio la fuerza para regresar a la playa, donde murió en brazos de su esposa, Sophie Dauchez-Chaslin, símbolo de una vida que mantuvo bajo su control hasta el final.
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Le Monde