En el castillo de Chantilly se revelan «Las riquísimas horas del duque de Berry», el más famoso de los manuscritos iluminados.

Hay que acercarse lo más posible a las vitrinas para descubrir la multitud de detalles y la delicadeza de las iluminaciones, donde el oro y la plata se funden con colores vibrantes: lapislázuli, verde intenso, rojo, amarillo y naranja. Para que el público pueda disfrutar plenamente de la excepcional presentación, en el Museo Condé, en el Castillo de Chantilly (Oise), del preciado manuscrito de las Muy Ricas Horas del Duque de Berry , extraído del cofre donde suele conservarse, se han diseñado especialmente cajas de cristal con climatización que protegen esta obra maestra del siglo ^XV de la luz y los cambios de temperatura.

Cada uno presenta una de las seis hojas de vitela bifoliada, ricamente decoradas, que conforman el calendario que forma las primeras páginas del libro, legible por ambas caras. Cada miniatura, repleta de detalles encantadores o pintorescos, puede contemplarse como una pintura. Escenas de la vida cotidiana de la Edad Media, religiosa o secular, campesina o cortesana, se representan al aire libre, a menudo con castillos al fondo, siguiendo las estaciones. La gente festeja, trabaja en el campo, vendimia, se calienta frente a un fuego de leña... lejos de los horrores de la peste y la Guerra de los Cien Años (1337-1453). Una Edad Media idealizada que ha dejado huella en el imaginario colectivo.

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