64º Festival de Televisión de Montecarlo: con motivo de su centenario, un documental recorre la historia de una casa de moda de lujo que sigue en manos de la misma familia

La experiencia y la pasión se han transmitido a lo largo de generaciones en la casa de moda AKRIS. Esto es lo que revela el documental AKRIS - Moda con Herencia, proyectado fuera de competición este lunes en el Foro Grimaldi, en el marco del 64.º Festival de Televisión de Montecarlo. Durante 40 años, el director artístico Albert Kriemler jamás había permitido que una cámara entrara en sus talleres. Pero para el centenario de la marca, accedió, por primera vez, a revelar el secreto. Durante más de dos años, el director Reinier Holzemer tuvo el privilegio de adentrarse en los archivos y el universo de AKRIS.
Una herencia familiarFundada en 1922 por Alice Kriemler-Schoch, la casa tiene sus orígenes en St. Gallen, Suiza. Incluso hoy, sigue siendo una excepción: una de las últimas marcas de lujo que aún perduran en manos de la misma familia. Mientras Albert y Peter Kriemler dirigen la empresa, AKRIS encarna, más que nunca, una historia de transmisión. Y esto es precisamente lo que destaca el largometraje. Durante una hora y media, Albert Kriemler repasa sus recuerdos: los primeros años de su vida al lado de su abuela. «Tenía un don para las telas», afirma en el documental. El papel esencial de sus padres, Max y Ute, quienes tomaron las riendas de la casa: «Mi madre era la persona más elegante de la empresa. Era la mujer detrás de AKRIS; lo moldeó todo». Los fuertes lazos que lo unieron a cada uno de ellos y la influencia que tuvieron en su carrera. «Mi padre era empresario; aprendí mucho de él». Más tarde, entre los 16 y los 17 años, descubrió la moda de una forma diferente: en París, cuando asistió a su primer desfile, el de Yves Saint Laurent. Dio sus primeros pasos en la empresa a los 20 años. Su hermano se unió a él unos años después, y desde entonces, han seguido desarrollando ARKIS a nivel internacional.
“Es difícil hablar de satisfacción en nuestra profesión”.Pero Albert Kriemler no es el único que habla en el documental. Muchos miembros de su equipo se expresan y, a través de sus testimonios, retratan a un creador apasionado, exigente y extraordinariamente preciso. «Donde nosotros tenemos que mirar dos veces para ver el problema, él lo ve de inmediato», confiesa uno de sus colegas. Este rigor constante contribuye plenamente a la reputación de AKRIS. Él mismo reflexiona sobre esta constante búsqueda de la precisión.
Es difícil hablar de satisfacción en nuestra profesión. En mi opinión, uno nunca puede dejar de preguntarse: ¿es suficiente?", dice ante la cámara. Una exigencia que no se limita a los cortes ni a las siluetas: también se aplica, y quizás sobre todo, a los materiales. " De adolescente, ya me fascinaban las telas", confiesa. Cuidadosamente seleccionados y pensados hasta el último detalle, los materiales utilizados encarnan tanto el refinamiento como la elegancia propios de la marca.
Encuentro con la princesa CharleneTras la proyección del documental, se organizó un debate entre Albert Kriemler, Reiner Holmezer y el público. Fue durante una sesión de preguntas que el director artístico reveló los detalles de su encuentro con la princesa Charlene, gran admiradora de la casa . "El 23 de junio de 2010 me invitaron a Mónaco para conocer a la princesa Charlene. Al llegar, me dijo que necesitaba un vestido para un evento muy especial. En realidad, era para su compromiso con el príncipe Alberto II". Una anécdota que cautivó al público. La princesa Charlene también aparece varias veces en el largometraje. Fiel seguidora de la casa AKRIS, asistió a varios de sus desfiles, especialmente durante la Semana de la Moda de París. Y este domingo 7 de junio, lució un vestido de la marca durante su aparición junto a Brigitte Macron en la piscina del estadio Louis-II durante las Jornadas de Seguridad Acuática, llamadas así por el programa de la Fundación Princesa Charlene, destinado a combatir el ahogamiento y a formar a jóvenes en técnicas de salvamento.
“Destacar a las mujeres influyentes que, a través de su compromiso, están dando forma a un mundo más justo, inclusivo e igualitario” : ésta es la misión de la iniciativa “Wowen with Purpose”.
Liderado por la casa de moda suiza AKRIS, este proyecto rinde un merecido homenaje a su fundadora, Alice Kriemler-Schoch. Pionera de su tiempo, sentó las bases de una elegancia sencilla y comprometida. Un legado que su nieto, el diseñador de moda Albert Kriemler, continúa con rigor y sensibilidad.
Como director artístico de AKRIS, se inspira constantemente en la fuerza y la modernidad de su abuela, lo que ha impulsado el éxito de la casa a nivel internacional. Admiradora de la obra de Albert Kriemler, la princesa Charlene apoya la marca desde hace mucho tiempo.
Ayer asistió al almuerzo organizado en torno a la iniciativa "Wowen with Purpose". Entre los invitados también se encontraba la actriz, productora y directora estadounidense Robin Wright, quien se espera que este martes, en la ceremonia de clausura del Festival de Televisión de Montecarlo, reciba la prestigiosa Ninfa de Cristal.
Nice Matin