Opinión: De Niza llega el llamado a proteger nuestros océanos

A la ciudad francesa de Niza y a la capital de Colombia las separan 8.944 kilómetros; la distancia no solo es geográfica, también cultural y social. Pero lo que allí acontece en estos momentos tendría que estar en el foco de quienes se preocupan por la protección del medio ambiente.
En efecto, allí se celebra la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos 2025, que se enfoca en apoyar la implementación del ODS 14, sobre la conservación y uso sostenible de los océanos, los mares y los recursos marinos.
Probablemente, los colombianos no dimensionan la importancia que tienen para el país las decisiones que se están tomando en este escenario distante, y menos bajo las turbulencias sociales y políticas locales, que por obvias razones capturan nuestra atención y requieren una reflexión objetiva y profunda.

El plástico es un material muy resistente que tarda décadas en degradarse. Foto:¡Stock
Entre los temas relevantes que se debaten en Francia están la contaminación por microplásticos, la acidificación oceánica, el incremento de la temperatura del mar, la pesca ilegal y la sobrepesca y la pérdida de la biodiversidad marina. Todos estos lamentables problemas, sin excepción, afectan al Caribe y al Pacífico colombianos y son objeto de preocupación nacional y de una necesidad de adelantar investigaciones robustas en la búsqueda de soluciones a sistemas altamente diversos, que son seguramente el patrimonio más valioso de este país.
Esto nos impone también un cambio de conciencia y visión del mar. Hay que ser enfáticos que los océanos no separan los continentes; por el contrario, ellos conectan al planeta a través de diferentes vías, como los sistemas de corrientes o las migraciones de especies, o a través de la dinámica interactiva océano-atmósfera, fundamental regulador y modificador del clima.
Habitamos en un país donde cerca del 50 % del territorio nacional está asociado a ecosistemas marino-costeros y oceánicos, y cerca del 30 % de la población tiene una relación directa con servicios que prestan dichos sistemas naturales.
Somos privilegiados al crecer en esta ecorregión tropical, somos tierra y mar y eso nos impone una responsabilidad superior frente a la naturaleza. Como país, somos ejemplo para el mundo al cumplir con la tercera meta fijada en el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, que establece tener al menos el 30 % del territorio marino bajo una figura de protección, pero aún nos falta una mejor respuesta a las soluciones que demandan los problemas marinos que hemos generado.
Esta conferencia nos envía el mensaje “nuestro océano, nuestro futuro, nuestra responsabilidad”. Me permito cambiar un poco el mensaje a “nuestro planeta océano, nuestro presente, nuestra esperanza”. Que la Misión Neptuno de la que se habla en esta conferencia, sea para nosotros los colombianos la Misión ColombiaMar, que debe estar en nuestra mente y acciones todos los días de la vida.
Andrés Franco Herrera, Ph.D
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano
eltiempo