La científica británica que estudia cerebros milenarios para descifrar su resistencia al paso del tiempo: 'La naturaleza progresiva de la demencia'

La antropóloga forense Alexandra Morton-Hayward, investigadora de la Universidad de Oxford, reunió una colección de más de 600 cerebros humanos antiguos, algunos con hasta 8.000 años de antigüedad.
El objetivo de su trabajo es comprender por qué ciertos cerebros logran preservarse durante siglos o milenios, un misterio que podría ofrecer pistas valiosas para el estudio de enfermedades neurodegenerativas.
Según informó 'BBC News Mundo', el cerebro, que suele descomponerse rápidamente tras la muerte debido a procesos de autólisis, aparece en estado de conservación sorprendente en algunos hallazgos arqueológicos.
Morton-Hayward sostuvo que este fenómeno podría estar relacionado con los mismos mecanismos moleculares que provocan la degeneración cerebral en vida, como la acumulación de hierro y la formación de aglomerados de lípidos y proteínas.

Muchos de los cerebros conservados provienen de personas que murieron en contextos de violencia. Foto:Linkedin: Alexandra Morton-Hayward
La científica explicó a la 'BBC' que el hierro, necesario para funciones cerebrales normales, tiende a acumularse con la edad y lo hace con mayor rapidez en patologías como el Alzheimer o el Parkinson.
Ese mismo proceso, dijo, parece contribuir a que algunos cerebros resistan la descomposición después de la muerte.
“Estudiar los cerebros antiguos como el punto extremo de la trayectoria de envejecimiento que experimentamos a lo largo de la vida podría ayudarnos a comprender el desarrollo y la naturaleza progresiva de la demencia”, señaló.
El vínculo entre sufrimiento y preservaciónOtro hallazgo recurrente en la colección es que muchos de los cerebros conservados provienen de personas que murieron en contextos de violencia, pobreza o trauma.
Morton-Hayward considera que la acumulación excesiva de hierro en vida, debido al estrés fisiológico o privaciones, podría explicar tanto la preservación de los tejidos como el color rojizo de algunos ejemplares.

Morton-Hayward convive con una enfermedad neurológica. Foto:Geraldine Bajonero vásquez / EL TIEMPO
En 2024, la investigadora y su equipo publicaron en 'Proceedings of the Royal Society B' un archivo con más de 4.000 cerebros preservados hallados en seis continentes.
Entre ellos se cuentan restos de hace 12.000 años en Suecia, cerebros encontrados en minas de sal en Irán hacia el 500 a. C. y ejemplares de montañas andinas vinculados al Imperio Inca.
Morton-Hayward convive con una enfermedad neurológica: la cefalea en racimos, considerada uno de los dolores más intensos descritos por la medicina.
“He aprendido a vivir con esto, aunque algunos días son más duros que otros. Los momentos en que siento que mi cerebro trabaja conmigo y no en mi contra me recuerdan lo extraordinario que es este órgano”, dijo a 'BBC Mundo'.
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
Más noticiaseltiempo