Jóvenes del mundo piden mayor participación y más protección en las discusiones sobre derechos de la tierra

En la región del Catatumbo, una de las zonas históricamente más golpeadas por el conflicto armado colombiano, jóvenes de América Latina, Asia, Europa, Oriente Medio y África, se reunieron durante varios días para debatir, conversar y construir propuestas sobre el presente y el futuro de los derechos sobre la tierra. Lo hicieron en el marco del Foro Global de Juventudes por la Tierra, un encuentro previo al Foro Global por la Tierra que se celebrará en Bogotá del 16 al 19 de junio.

Ocaña, puerta de entrada al Catatumbo, fue la ciudad elegida como epicentro del diálogo entre juventudes rurales, indígenas y afrodescendientes. En medio de ese diálogo territorial, se escucharon voces que, aunque vinieran de diferentes latitudes, compartían demandas similares a las que se escuchan con frecuencia en Colombia en términos de tenencia de la tierra.

Todas estas solicitudes hechas, por los más de 70 jóvenes que estuvieron esta semana en el Catatumbo, irán a una declaración política que será presentada en el Foro Global por la Tierra, y luego se terminarán convirtiendo en un documento estratégico con acciones claves que la ILC proveerá a sus miembros para impulsar la transformación de los territorios desde una de las miradas más fundamentales: la de los jóvenes, quiénes serán los que van a habitarla.

Desde Indonesia, Mai Putri Evitasari, de 26 años e integrante del Konsorsium Pembaruan Agraria, enfatizó que el acceso a la tierra debe dejar de ser una promesa vacía: “Los jóvenes deben tener el mismo espacio y oportunidad para reflexionar y contribuir en torno al derecho a la tierra”.

Desde Ecuador, Mayerly Carreño, de 27 años y miembro del movimiento Luna Creciente, exigió garantías de protección para quienes se atreven a alzar la voz por el territorio. “Uno de los temas focales que puntuamos dentro de esta agenda es garantizar la seguridad y la protección de los derechos de la tierra y de los defensores de la misma”, expresó. Su preocupación recoge el temor de líderes y lideresas sociales que enfrentan amenazas constantes por defender sus tierras frente a megaproyectos, violencia y extractivismo, en una región como América Latina, profundamente afectada por este flagelo.

A estas demandas se sumó la de Antonella Sleiman, de 30 años, proveniente de la provincia de Santiago del Estero, Argentina, y representante de la Plataforma Semiáridos de América Latina. La joven resaltó que el liderazgo juvenil debe pasar del discurso a la acción: “Uno de los temas de mayor incidencia es el liderazgo y participación de las juventudes”, dijo. Para ella, el reconocimiento simbólico no basta; sino es urgente que las juventudes tengan voz en las decisiones políticas y ambientales que afectan su presente y su futuro.

Por su parte, Ximena Vilcay, de 34 años y quien también llegó desde Argentina como parte del colectivo Mujeres del Chaco Americano, propuso un enfoque en el que confluyan una mirada de género, generación y acción climática. “Uno de los temas priorizados tiene que ver con acciones en relación a adaptación y mitigación del cambio climático en clave de género y generación”, señaló.

Finalmente, Isabel Toscano, joven de 24 años del municipio de El Tarra, en el corazón del Catatumbo, puso sobre la mesa una exigencia: “Pedimos que se garanticen los derechos de participación de todos los jóvenes y que se garantice la seguridad para la defensa del territorio”. Toscano, nacida en una región marcada por la violencia y la esperanza, y quien participó en varios espacios del Foro de Jóvenes como ponente, recordó que en muchos rincones del país y del continente, ser joven defensor de la tierra también implica un riesgo sobre su propia vida.

Periodista de Medioambiente y Salud