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Historias del cosmos: Georges Lemaître, el sacerdote que hizo estallar el universo

Historias del cosmos: Georges Lemaître, el sacerdote que hizo estallar el universo
Hay descubrimientos que, aunque transformaron radicalmente nuestra visión del cosmos, llegaron al mundo con el sigilo de las ideas adelantadas a su tiempo. Y hay personas que, aun siendo responsables de esas revoluciones silenciosas, se mantuvieron al margen del ruido, fieles a una vocación más profunda que la fama.
Georges Lemaître es uno de esos personajes. Sacerdote católico, físico y matemático brillante. Fue él quien imaginó, mucho antes de que se hablara del Big Bang, un universo naciendo desde un punto inicial de densidad infinita, al que llamó poéticamente 'átomo primitivo'.
Corría el año de 1927 y muchos físicos, incluido el afamado Albert Einstein quien hacía algo más de una década había publicado su teoría de la relatividad general, se aferraban todavía a la idea de un universo inmóvil, como si la quietud fuera una condición natural del cosmos. Pero Lemaître, con la agudeza matemática que lo caracterizaba, resolvió las ecuaciones de Einstein sin esa constante cosmológica que el físico alemán había introducido para forzar la estabilidad del universo. El resultado era inesperado, y daba indicios de un universo dinámico, en expansión.
Lemaître publicó sus resultados en una revista belga de circulación modesta y su artículo pasó desapercibido para casi todos, aunque en sus páginas ya se encontraba lo que más tarde sería conocido como la ley de Hubble.

Lemaître llamó poéticamente 'átomo primitivo' al Big bang. Foto:iStock

Dos años después, en 1929, el astrónomo estadounidense Edwin Hubble presentó observaciones que demostraban, empíricamente, esa misma expansión. Pero Hubble no usó las ecuaciones de la relatividad, ni propuso un modelo cosmológico, simplemente observó y midió que las galaxias distantes presentan un corrimiento al rojo en sus espectros de luz, es decir, su luz se estira hacia longitudes de onda más largas. Más aún, encontró que cuanto más lejos está una galaxia, más rápido se aleja de nosotros.
La verdadera síntesis, sin embargo, ya la había hecho Lemaître, quién fue el primero en unir teoría y observación, mostrando que la expansión del universo era una consecuencia natural de la relatividad general y que los datos lo confirmaban.

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Einstein, al enterarse de los resultados de Lemaître, reaccionó con escepticismo. “Sus cálculos son correctos, pero su física es abominable”, le dijo al joven sacerdote. Pero el tiempo, como el universo, se encargaría de expandir el reconocimiento. Años después, el propio Einstein admitiría su error al haber intentado fijar un universo que no quería quedarse quieto, y reconocería en Lemaître a un pionero.
Pero la historia no se detuvo allí. En 1931, Lemaître propuso que toda la materia del universo conocido había estado, en el pasado remoto, concentrada en un único punto de densidad y temperatura inimaginables. Un estado inicial que dio origen al espacio, al tiempo y a todo lo que existe. A esa idea la llamó el 'átomo primitivo', no con intención dogmática, sino como una metáfora científica.
En los años que siguieron, Lemaître continuó desarrollando sus ideas mientras trabajaba como profesor, matemático y miembro activo de la Pontificia Academia de Ciencias, con una humildad tan expansiva como sus teorías.
Cuando el término 'Big Bang' comenzó a usarse, lo hizo en boca de sus detractores, especialmente del astrofísico Fred Hoyle, defensor del modelo del estado estacionario. Y sin embargo, las observaciones seguían apuntando en la dirección de Lemaître. Hasta que, en 1965, la detección accidental de la radiación cósmica de fondo dio la estocada final a los modelos alternativos. Era el eco del nacimiento del universo que Lemaître había imaginado décadas antes.
Por mucho tiempo el nombre de Lemaître quedó relegado a notas a pie de página. No fue sino hasta 2018 que la Unión Astronómica Internacional decidió, al fin, renombrar la ley de Hubble como la ley de Hubble-Lemaître. Se había hecho justicia a quien vio el origen del universo antes que nadie.
Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional
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