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El mundo se queda corto en recursos para la adaptación ante la crisis climática: la brecha supera los 300.000 millones de dólares

El mundo se queda corto en recursos para la adaptación ante la crisis climática: la brecha supera los 300.000 millones de dólares
En un momento en que el planeta enfrenta temperaturas récord y fenómenos climáticos cada vez más destructivos, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) advierte que el mundo está lejos de cumplir sus compromisos para financiar la adaptación al cambio climático. Según el ‘Informe sobre la Brecha de Adaptación 2025: Con el tanque vacío’, presentado antes de la COP30 en Belém, Brasil, la falta de recursos amenaza con dejar a millones de personas sin protección frente a los impactos del calentamiento global.
El informe revela que, aunque los países han mejorado en la planificación e implementación de medidas de adaptación, el ritmo del financiamiento internacional no acompaña la urgencia del momento. Las necesidades de los países en desarrollo superarán los 310.000 millones de dólares anuales para 2035, una cifra doce veces mayor que los flujos actuales de financiamiento público internacional, que se sitúan en torno a los 26.000 millones de dólares.

El financiamiento para adaptación avanza lento mientras desastres climáticos se intensifican. Foto:gettyimages

“Los impactos climáticos se están acelerando, pero la financiación de la adaptación no sigue ese ritmo, dejando a los más vulnerables expuestos al aumento del nivel del mar, tormentas letales y calor abrasador”, advirtió el secretario general de la ONU, António Guterres, en un mensaje que acompaña el informe. “La adaptación no es un costo, es una cuerda de vida. Cerrar la brecha de adaptación es cómo protegemos vidas, aseguramos justicia climática y construimos un mundo más seguro y sostenible”, añadió.
Un esfuerzo insuficiente frente a la crisis
La meta establecida en el Pacto de Glasgow por el Clima, que buscaba duplicar el financiamiento público internacional para la adaptación hasta alcanzar aproximadamente 40.000 millones de dólares para 2025, no se cumplirá si persisten las tendencias actuales, advierte el Pnuma.
La brecha de financiamiento —la diferencia entre lo que se necesita y lo que efectivamente se destina— oscila entre 284.000 millones y 339.000 millones de dólares anuales, lo que pone en riesgo los esfuerzos por reducir la vulnerabilidad de los países más expuestos.
Para Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, el momento exige un impulso global inmediato. “Cada persona en este planeta está viviendo los impactos del cambio climático: incendios forestales, olas de calor, desertificación, inundaciones, costos en aumento y más. Si no invertimos en adaptación ahora, enfrentaremos costos cada vez más altos año tras año”, afirmó.

Al menos 172 países ya cuentan con planes nacionales de adaptación. Foto:gettyimages

El informe destaca que 172 países cuentan ya con al menos una política o plan nacional de adaptación, aunque 36 de ellos no han actualizado sus estrategias en más de una década. Esa falta de actualización, advierte el documento, puede generar una adaptación inadecuada y aumentar los riesgos.
Asimismo, los países han reportado la implementación de más de 1.600 acciones de adaptación, principalmente en sectores como biodiversidad, agricultura, agua e infraestructura. Sin embargo, pocos informan los resultados e impactos reales, lo que dificulta medir la eficacia de las acciones emprendidas.
En cuanto a los recursos disponibles, el apoyo a nuevos proyectos a través de fondos internacionales —como el Fondo de Adaptación, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el Fondo Verde para el Clima— aumentó a 920 millones de dólares en 2024, un 86 % más que el promedio quinquenal previo. No obstante, el informe advierte que este incremento podría ser solo temporal, debido a las crecientes restricciones financieras globales.

Los países en desarrollo superan 12 veces los flujos actuales de financiamiento. Foto:gettyimages

Un futuro de riesgo si no se cierra la brecha
El Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado sobre Financiamiento Climático, acordado en la COP29, establece que los países desarrollados deberán aportar 300.000 millones de dólares al año para acción climática —mitigación y adaptación— en los países en desarrollo para 2035. Sin embargo, esa cifra es insuficiente.
De acuerdo con los modelos del Pnuma, si se considera la inflación acumulada hasta 2035, las necesidades reales podrían alcanzar entre 440.000 y 520.000 millones de dólares al año. Además, dado que el objetivo incluye tanto mitigación como adaptación, esta última recibiría una porción menor del total.
Frente a ese panorama, el organismo subraya la urgencia de avanzar en la Hoja de Ruta de Bakú a Belém, que busca movilizar 1,3 billones de dólares para 2035. No obstante, el informe advierte que es esencial evitar que el financiamiento incremente las deudas de las naciones más vulnerables. Por ello, se propone priorizar subvenciones, instrumentos concesionales y mecanismos que no generen deuda.
El documento también llama la atención sobre la baja participación del sector privado. Mientras los flujos actuales rondan los 5.000 millones de dólares al año, el Pnuma considera que el potencial realista podría llegar a 50.000 millones, siempre que se implementen políticas adecuadas y esquemas de financiamiento mixto que reduzcan los riesgos y estimulen la inversión.
El mensaje final del informe es claro: sin un aumento inmediato y sostenido del financiamiento para la adaptación, el mundo no solo fallará en proteger a los más vulnerables, sino que también enfrentará costos humanos y económicos crecientes. En palabras del propio Guterres, “no invertir en adaptación hoy es hipotecar el futuro del planeta”.
Periodista de Medioambiente y Salud
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