El Cañón del Guape, uno de los destinos de naturaleza más impresionantes del país, ya definió su capacidad de carga

En territorios como el Cañón del Guape, en el Meta, convergen ecosistemas únicos, biodiversidad excepcional y un creciente interés turístico, de ahí que conocer su capacidad de carga es una condición para garantizar el equilibrio del territorio.
Pero, ¿qué es la capacidad de carga? El término hace referencia al número máximo de visitantes que un área puede recibir sin deteriorar sus condiciones ecológicas, la calidad de la experiencia ni el bienestar de las comunidades locales.
En ese contexto, el 19 de junio de 2025, fue entregado un estudio que marca un avance técnico y social sin precedentes en el Meta.
Desarrollado por Natupaz, con el acompañamiento del Programa REM Visión Amazonía, el estudio sobre la capacidad de carga del Cañón del Guape establece parámetros claros sobre cuánta presión puede soportar el territorio y bajo qué condiciones puede integrarse el turismo sin poner en riesgo su integridad ecológica ni cultural.

Este es el primer estudio de capacidad de carga hecho con las comunidades del Meta. Foto:Visión Amazonía
“Es un estudio que hace historia, porque es el primero que se ha hecho con la metodología que nosotros implementamos, con espacios de gobernanza donde las comunidades han podido participar”, señaló Blanca Helena Soler, de Natupaz.
Ciencia con conocimiento localEl valor de este estudio radica en cómo fue construido. Según Ricardo Lara, líder del Pilar Sectorial del Programa REM Visión Amazonía, el enfoque integra tres pilares: “Una gobernanza en el territorio donde se articula el Instituto del Meta, Cormacarena, Parques Nacionales. Pero también hay un intercambio de saberes con la gente en el territorio y un componente técnico-científico que le da un valor agregado”.
El documento, así mismo, considera variables bióticas, sociales, culturales y de uso actual, y plantea escenarios concretos para ordenar la actividad turística sin poner en riesgo el ecosistema. Entre sus aportes están la definición de límites de ingreso, zonas de uso regulado y lineamientos para visitantes y operadores turísticos.

La herramienta fue entregada el 19 de junio y permitirá reglamentar el turismo de naturaleza. Foto:Visión Amazonía
Más que un diagnóstico, el estudio del Cañón del Guape funciona como una herramienta de planificación territorial. Establece límites para el turismo, pero desde el diálogo y el conocimiento compartido. Esa construcción participativa promueve la apropiación del proceso y permite que la conservación y el desarrollo turístico avancen de la mano.
“Estamos generando una iniciativa donde todos saben que podemos lograr un desarrollo local sostenible a partir del cuidado del bosque, del agua, de todo lo que nos rodea”, explicó José Yunis Mebarak, coordinador general del Programa REM Visión Amazonía.
El estudio no solo beneficia al Guape. Abre también la posibilidad de que otros destinos naturales del país se anticipen a los impactos del turismo y definan sus reglas con base en evidencia y participación.
“Si se reglamenta y se construye socialmente, esto tiene un valor importante porque la gente tiene un traje a la medida para poder seguir realizando turismo de naturaleza”, agregó Ricardo Lara.
Turismo que entiende el territorioLa experiencia del Guape reafirma que el turismo sostenible es aquel que se construye desde el conocimiento real del territorio y con la participación activa de quienes lo habitan, y no es una actividad impuesta desde afuera, sino que es una decisión colectiva.
Precisamente, el proceso de construcción del estudio de capacidad de carga fortaleció las capacidades locales. Por ejemplo, las comunidades participaron en recorridos, talleres y ejercicios de planificación, comprendiendo que abrir sus paisajes al turismo puede ser una oportunidad de desarrollo, pero también un riesgo si no se gestiona con responsabilidad y límites claros.
“El estudio empoderó a las comunidades y transfirió conocimiento importante en el territorio. Y si algún día usted visita este lugar, cruza sus senderos, se asoma a sus cascadas o escucha sus aves, podrá hacerlo con la certeza de que ese impacto ha sido previsto, regulado y compartido con quienes lo protegen” concluyó Yunis Mebarak.
Periodista de Medioambiente y Salud
eltiempo