Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Spain

Down Icon

Seis claves para descubrir a ‘El Pequeño Nicolás’, ícono de la literatura infantil francesa

Seis claves para descubrir a ‘El Pequeño Nicolás’, ícono de la literatura infantil francesa

Desde su primera aparición en los años 50, El Pequeño Nicolás se ha convertido en un símbolo universal de la infancia. Creado por René Goscinny, con ilustraciones de Jean-Jacques Sempé, este personaje ha cautivado a lectores de todas las edades con su mirada inocente y su capacidad para convertir lo cotidiano en una divertida aventura.

Más allá del contexto histórico en el que nació, su esencia sigue vigente, recordándonos la espontaneidad y el encanto de ser niños. Ahora, Libros del Zorzal viene de publicar la colección en entrañables volúmenes de bolsillo con las ilustraciones originales. ¿Qué hace que este pequeño rebelde sea inolvidable? A continuación, exploramos seis claves para entender su impacto.

1. Raíces argentinas

Las raíces argentinas del personaje, a través de su autor. René Goscinny (1926-1977) fue un escritor y guionista de historietas francés, reconocido por su influencia en el cómic franco-belga y su capacidad para crear historias llenas de humor e ingenio. Aunque nació en París, pasó gran parte de su infancia en Buenos Aires, donde asistió al Colegio Francés.

Según la hija del autor, Anne Goscinny, que es también una escritora y editora muy exitosa y la principal gestora del legado literario de su padre, El Pequeño Nicolás tiene raíces argentinas.

En un emotivo prólogo, Anne revela cómo la historia de su padre, marcado por su infancia en Buenos Aires, influyó en la creación del célebre personaje. Desde su llegada a Argentina en 1928 hasta su partida en 1945, Goscinny desarrolló un universo creativo que, según su hija, no habría existido sin su exilio en América del Sur.

El texto evoca los años en los que el autor jugaba en la Plaza San Martín y exploraba su niñez lejos de su país de origen. Para Anne, el idioma y la atmósfera argentina fueron determinantes en la esencia del personaje, haciéndolo más cercano a la espontaneidad y la alegría de los niños de Buenos Aires. Con sensibilidad, la autora plantea una idea que podría sorprender a muchos: El Pequeño Nicolás, más que un niño francés, lleva en sus páginas la marca indeleble de la Argentina.

René Gosciny fue también el guionista del célebre Astérix, junto a Albert Uderzo, y de Lucky Luke, con Morris, dos de las historietas más icónicas de la cultura francófona. Además de su trabajo como guionista, Goscinny fue editor y director de la revista Pilote, donde promovió el desarrollo de nuevos talentos en el cómic francés. Su legado sigue vigente, con sus obras traducidas a múltiples idiomas y adaptadas a distintos formatos.

El pequeño Nicolás, junto con Astérix y Obélix, es una de las creaciones más famosas del historietista francés René Gosciny y el ilustrador Sempé.El pequeño Nicolás, junto con Astérix y Obélix, es una de las creaciones más famosas del historietista francés René Gosciny y el ilustrador Sempé.

2. Los inicios de Goscinny

Para el ilustrador, historietista y humorista gráfico argentino, César Da Col, René Goscinny encontró su vocación artística en Buenos Aires, una ciudad que le ofreció una "transfusión cultural" permanente. Rodeado por kioscos de revistas, librerías y hasta peluquerías llenas de historietas, el joven Goscinny se sumergió en un mundo donde el humor gráfico y la narrativa visual eran omnipresentes. La pujante escena de la historieta argentina en las décadas de 1930 y 1940 fue clave en su formación.

Sus primeros trabajos se publicaron entre 1944 y 1946 en revistas estudiantiles del Colegio Francés de Buenos Aires, donde ya se presentaba como "dibujante de ilustración". Más tarde, se desempeñó como asistente de un dibujante publicitario en una agencia estadounidense.

Desde entonces, su camino en el mundo de la historieta estaba trazado. Para Goscinny, el estímulo creativo porteño no fue casualidad, sino el motor de una carrera que daría vida a personajes icónicos como Astérix y El Pequeño Nicolás.

3. La época que retrata

El Pequeño Nicolás retrata la Francia de los años 50 y principios de los 60. A través de las aventuras de Nicolás y sus amigos, el libro ofrece una visión encantadora y humorística de la vida cotidiana de los niños de clase media en esa época, con una estructura familiar tradicional, una escuela con métodos educativos rígidos y una sociedad que empieza a experimentar cambios culturales.

La obra se caracteriza por su tono ingenuo y su perspectiva infantil, donde los problemas de los adultos se ven desde la óptica sencilla y cómica de un niño.

La historia se desarrolla en una Francia de posguerra, marcada por la reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial y el auge de la modernización en la sociedad francesa. Durante estos años, Francia experimentaba cambios profundos: la urbanización acelerada, el crecimiento económico impulsado por el Plan Marshall, Programa de Recuperación Europea implementado entre 1948 y 1952, y una transformación en la estructura familiar tradicional.

Sin embargo, en la obra de Goscinny y Sempé, este contexto no aparece de manera explícita, sino reflejado de forma indirecta en la cotidianidad de Nicolás y su entorno.

Por ejemplo, las escuelas aún tenían métodos educativos rígidos, con un enfoque en la memorización y el respeto a la autoridad. Los padres mantenían roles bien definidos en el hogar -el padre como proveedor y la madre como cuidadora principal- y el juego infantil predominaba sobre la llegada de la televisión y otros avances tecnológicos. Aunque Francia estaba entrando en un período de cambio, el tono de la obra se mantiene nostálgico, evocando una infancia idealizada y sencilla, alejada de las preocupaciones del mundo adulto.

El pequeño Nicolás, junto con Astérix y Obélix, es una de las creaciones más famosas del historietista francés René Gosciny y el ilustrador Sempé.El pequeño Nicolás, junto con Astérix y Obélix, es una de las creaciones más famosas del historietista francés René Gosciny y el ilustrador Sempé.

4. La personalidad de Nicolás

Se trata de un niño travieso, curioso y lleno de energía. Es espontáneo y alegre, con una visión ingenua del mundo que lo lleva a interpretar las situaciones de manera divertida y a menudo caótica. Es un soñador, pero también un líder entre sus amigos, aunque sus intentos de imponer orden en sus travesuras rara vez funcionan como espera.

Sus principales aventuras giran en torno a su vida escolar y familiar. Junto a su grupo de amigos —como Alcestes, el glotón; Eudes, el fuerte; y Aniano, el aplicado— Nicolás se mete en todo tipo de problemas: desde organizar partidos de fútbol desastrosos hasta intentar hacer regalos a sus padres con resultados inesperados.

Su relación con los adultos, especialmente con sus profesores y sus padres, es otro punto clave de la historia, ya que su visión infantil transforma situaciones cotidianas en episodios cómicos.

La magia de El Pequeño Nicolás radica en su capacidad para capturar la esencia de la infancia con humor y ternura.

El pequeño Nicolás, junto con Astérix y Obélix, es una de las creaciones más famosas del historietista francés René Gosciny y el ilustrador Sempé.El pequeño Nicolás, junto con Astérix y Obélix, es una de las creaciones más famosas del historietista francés René Gosciny y el ilustrador Sempé.

5. La escuela como ámbito compartido

En El Pequeño Nicolás, la escuela es un escenario central donde se desarrollan muchas de sus aventuras. Es un espacio de disciplina y aprendizaje, pero también de juegos, conflictos y camaradería entre los niños.

Los profesores suelen ser figuras de autoridad estrictas, con métodos educativos tradicionales. Por ejemplo, el maestro de Nicolás, aunque intenta mantener el orden, a menudo se ve desbordado por las travesuras de los alumnos. La relación entre los niños y los adultos en la escuela es una fuente constante de humor, ya que los pequeños interpretan las reglas y castigos de manera ingenua y divertida.

Por otro lado, la escuela es el lugar donde Nicolás comparte su día a día con sus amigos. Juntos, protagonizan situaciones caóticas, desde peleas en el recreo hasta intentos fallidos de impresionar a los profesores. A través de estos episodios, la obra refleja la dinámica infantil de la época, con una estructura escolar rígida pero llena de momentos de espontaneidad y diversión.

6. La vigencia

El Pequeño Nicolás sigue resonando en el presente porque captura la esencia universal de la infancia: la curiosidad, la imaginación, la amistad y la manera en que los niños interpretan el mundo adulto con humor y espontaneidad. Aunque la sociedad ha cambiado, los sentimientos y experiencias infantiles siguen siendo reconocibles, lo que permite que nuevas generaciones se identifiquen con Nicolás y sus travesuras.

Además, la obra ofrece una mirada nostálgica a una infancia más sencilla, sin la omnipresencia de la tecnología, lo que la convierte en un refugio literario para quienes buscan recordar o descubrir una forma de crecer distinta a la actual. Su tono humorístico y su crítica sutil a la autoridad también la hacen atractiva para adultos, quienes pueden leerla desde una perspectiva diferente y encontrar en ella una reflexión sobre la educación y la evolución de la infancia.

Por eso, más allá de su contexto histórico, El Pequeño Nicolás sigue vigente como un testimonio de la infancia y como una obra que, con su ternura y humor, trasciende generaciones.

Clarin

Clarin

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow