Luis de Tavira comparte en un libro un aforismo teatral para cada día del año

Luis de Tavira comparte en un libro un aforismo teatral para cada día del año
El dramaturgo presentará El espectáculo invisible, en El Milagro // Son destellos de lucidez surgidos en talleres, ensayos y diálogos con actores
, contó en entrevista con La Jornada
▲ El director Luis de Tavira captado en el Centro Nacional de las Artes en 2022.Foto María Luisa Severiano
Daniel López Aguilar
Periódico La JornadaLunes 28 de julio de 2025, p. 2
Luis de Tavira (Ciudad de México, 1948) no sólo ha hecho del teatro su casa, sino su método para estar en el mundo. A lo largo de décadas de director, dramaturgo, pedagogo y ensayista, ha concebido la escena como un espacio donde el arte y la ética se entrelazan.
Ahora, ese pensamiento regresa en forma de libro. Este 30 de julio, el teatro El Milagro será sede de la presentación de la nueva edición de El espectáculo invisible (paradojas sobre el arte de la actuación), publicado por Ediciones El Milagro.
Se trata de un ejemplar atípico: 365 aforismos −uno para cada día del año− en los que De Tavira reúne ideas, intuiciones y destellos de lucidez surgidos durante ensayos, talleres y diálogos con actores. Este ejemplar se fue haciendo solo
, explicó en entrevista con La Jornada.
Es fruto de meditaciones autónomas que me asaltaron en distintos momentos a lo largo de años. Notas que nacen de un asombro instantáneo ante el hacer vivo del arte dramático.
La estructura es igualmente poco convencional: carece de capítulos tradicionales y en cambio presenta tres grandes apartados: La comarca del actor, Poética del actor y Antigua novedad del teatro, que se despliegan en núcleos más pequeños, como El adentro del afuera, Ser o no ser, Actuar es reconocer, La palabra hecha carne, La identidad imaginaria y El arte del cambio.
Cada sección explora los dilemas éticos, técnicos y filosóficos de la práctica escénica. Como señala el pensamiento número 60: He aquí el dilema clásico del personaje: ser o no ser. He aquí la conjunción que hace al actor ser y no ser
.
El texto evita fijar una técnica o imponer una escuela. Se acerca más a la poesía que al manual. Para Luis de Tavira, la actuación es un hacer que proviene del pensar, al revés de lo que suele creerse
. Y pensar, afirmó, es mucho más que razonar: es intuir, buscar, hallar, crear
.
Este libro está escrito para ser leído lentamente, porque llega con retraso a un tiempo apresurado
. Así comienza la primera reflexión, y desde esa advertencia se perfila el aliento que recorre sus páginas: una escritura pausada que rehúye las prisas y esquiva las fórmulas.
En una época marcada por la inmediatez, el dramaturgo propone una lectura en voz baja, casi secreta, como acto de resistencia. Vivimos avasallados por una prisa compulsiva que ha dejado de ser vida para volverse alienación de la conciencia
, advirtió.
Hoy más que nunca necesitamos conquistar el sosiego interior para disfrutar la presencia del presente.
La reflexión número 12 dice: Cuando una actividad eminentemente artística vende su soberanía al mejor postor en el intercambio mercantil, ese hacer deja de ser arte para volverse prostitución
.
Al respecto, el autor fue contundente: Una obra de arte pertenece a aquello que no tiene precio. En la actuación el conflicto es más profundo, porque artista y obra son una misma entidad. Sin ética, entendida como aquello que hace ser, el arte pierde su esencia
.
Ese hacer ser
del histrión enfrenta la presión creciente de las industrias del entretenimiento. De Tavira observa con nitidez la amenaza: Cine y televisión han encerrado al actor y al público en la trampa de la mecanización. La robotización del intérprete, al servicio de la producción industrial, ha despojado la actuación de su sentido artístico
.
En el aforismo 343 sintetiza: poco esparcimiento, escaso conocimiento, abundante publicidad, imágenes que embellecen la realidad y, sobre todo, basura
.
El prólogo de esta edición, firmado por el crítico español Juan Antonio Hormigón, define a De Tavira como hombre de teatro integral
, y celebra el carácter audaz del volumen: una escritura que parece emerger de otro ritmo, cuando aún se leía entre los boscajes, al estilo de fray Luis en su retiro salmantino. No es un tratado, es una brújula
.
Tres mujeres con quienes el creador escénico ha compartido funciones, palabra y pensamiento lo acompañarán en la presentación: Julieta Egurrola, Marina y Stefanie Weiss.
Egurrola, presente desde sus primeros pasos de director, y sus colegas, cómplices también en la gestación del libro al alentarlo a reunir y dar forma a sus notas dispersas, compartirán el acto. Este volumen también es suyo. Es nuestro
, reconoció.
Frente al dominio absoluto de la imagen, reiteró su fe en las artes escénicas como experiencia viva e irrepetible: “El teatro es una vía privilegiada para descubrir nuestra esencia. La actuación es el arte de la vida misma. Algunas actrices y actores excepcionales logran trascender la mecanización del cine y la televisión: las intérpretes de Bergman o los discípulos de Strasberg son prueba de ello.
“Actuar significa mucho más que imitar gestos o ejecutar secuencias: es desvelar un enigma, darle cuerpo y habitarlo.
“Precisamente, en uno de los pensamientos más líricos y precisos de la obra escribí: ‘la ficción es realidad mientras dura. ¿Qué otra cosa es la vida? ¿Qué otra cosa es la realidad, sino un instante prolongado?’”, concluyó.
El gozo estético de arquitectura y arte escénico se vive en Mérida, España
El festival internacional de dramaturgia clásica se realiza en el bimilenario Teatro Romano // El encuentro y el inmueble son patrimonio de la humanidad por la Unesco

▲ Un momento de la puesta Cleopatra enamorada, protagonizada por Natalia Millán y Alex O’Dogherty, que se presentó ayer.Foto cortesía del festival
Jorge Caballero
Enviado
Periódico La JornadaLunes 28 de julio de 2025, p. 3
Mérida. El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida es el convite escenográfico más antiguo que se celebra en España, y es considerado el más importante en su género. El festival no sólo es un encuentro dramatúrgico, sino también forma parte del conjunto arqueológico de Mérida, declarado patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) junto con su Teatro Romano, construido entre los años 15 y 16 aC, foro principal de la reunión escénica e importante vestigio español.
En entrevista con La Jornada, el director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, Jesús Cimarro, y el alcalde del ayuntamiento de esa ciudad, Antonio Rodríguez Ozuna, detallaron: Las representaciones de las obras del encuentro se llevan a cabo anualmente durante julio y agosto en el Teatro Romano de Mérida, considerado uno de los edificios en el mundo que mejor representan los sólidos modos y las formas armónicas de la arquitectura en la época del emperador Augusto
.
Cimarro detalló: “El festival comenzó su andar en 1933 con la puesta en escena de Medea, de Séneca, en versión de Miguel de Unamuno, con la actriz Margarita Xirgu de protagonista.
“Tras la edición de 1934 se suspendió 19 años debido a la tensión política que se vivía en España, y se reinició en 1953 con la representación de Fedra, a cargo de una compañía universitaria. En 1954, el teatro profesional volvió a Mérida con la puesta de Edipo, de Sófocles, interpretado por Francisco Rabal; desde entonces y hasta la fecha se ha celebrado de manera ininterrumpida y ha acogido en sus bimilenarios escenarios los montajes de las obras más grandes del teatro clásico grecolatino y grecorromano, único requisito para participar en el festival.”
De la edición 58 a la 71 se ha logrado recuperar al público local y se ha consolidado la afluencia de espectadores del resto de España, convirtiendo la cita estival en uno de los tres actos culturales más importantes y de mayor repercusión de la temporada.
Se trata, entonces, de uno de los festivales de teatro de referencia en España. De 2016 a la fecha, la cifra de asistentes se elevó de 44 mil a 180 mil
, indicó Rodríguez Osuna.
Jesús Cimarro añadió: “hace 91 años que la actriz Margarita Xirgu continuó con una labor que se echó a andar hace siglos: representar las grandes comedias y tragedias griegas y romanas sobre esas piedras milenarias, testigos de honor de la historia de las artes escénicas.
Sobre su arena han desfilado a lo largo de sus 71 ediciones los profesionales del teatro nacionales e internacionales más prestigiosos, entre actores, actrices, músicos, directores, autores, iluminadores y figurinistas.
Prueba de lo que refirió Cimarro es la escenificación musical en esta edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida de Cleopatra enamorada, protagonizada por Natalia Millán y Alex O’Dogherty. En ésta se narra la historia de amor entre Marco Antonio y la reina egipcia, escrita por el dramaturgo extremeño Florián Recio y dirigida por Ignasi Vidal, quienes reinventaron la historia
. El elenco estuvo conformado por Francisco Morales, Iván Clemente, Habana Rubio, Beatriz Ros y Virginia Muñoz. La música corrió cargo de Pablo Solo, la composición sonora, de Shuarma; la coreografía fue de Amaya Galeote, y la escenografía, de David Pizarro.
Este musical se celebró la madrugada de ayer, y llevó al público a través de un cúmulo de emociones intensas y a participar en la intrigas políticas y la pasión desbordada entre los personajes principales.
Jesús Cimarro continuó: Es cierto que el teatro es una minoría en el mundo, pero quiero que sea una minoría mayoritaria. Cuando el público viene a este festival vive la experiencia en carne propia: una noche en un teatro de más de 2 mil años de existencia junto con 3 mil personas que experimenta el gozo estético de la arquitectura y la pasión compartida de los asistentes
.
Entre los aciertos del encuentro que mencionaron los entrevistados está la invitación que se extendió tanto a dramaturgos experimentados como a emergentes, “con el fin de que experimenten las miradas escénicas.
“Durante una presentación de la obra Edipo, en la que la mayoría de los actores, jovencísimos, compartieron escenario con algunos más conocidos, incluso que actúan en series como La casa de papel y Élite, se me acercaron una chica y un chico de 18 años cuando acabó la representación; les pregunté si querían conocer a los actores famosos, y me respondieron que no, que querían conocer al director. Pregunté su edad y si les había gustado la obra; respondieron que les había encantado. También cuestioné por qué no venían a otras puestas en escena, y respondieron que no iban a ‘cosas de papás’. La joven pareja había ido a ver Edipo porque la actriz principal salía en Élite; entonces, captar al público joven es una de nuestras misiones primordiales.
Hemos bajado la media de edad: hace una década era de 64 años y ahora es de 43.
Cimarro concluyó: El teatro es una experiencia que hay que vivir, porque está dirigida a la cabeza y al corazón. Que los jóvenes tengan esta experiencia es importantísimo, así como que se den cuenta de que el teatro cuenta historias que al entenderlas disfrutarán
.
A la edición 71 del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida le restan los últimos días de julio y todo agosto; falta la presentación de una decena de piezas, siete de las cuales son estrenos, por ejemplo, Memorias de Adriano, coproducción del Festival y Teatre Romea basada en la obra de Marguerite Yourcenar, con Lluís Homar de protagonista; Las troyanas, dirigida por Carlota Ferrer y con Isabel Ordaz al frente del reparto; Los hermanos, de Terencio, con Pepón Nieto y Eva Isanta en los papeles estelares, entre otras.
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