Hermann Bellinghausen: El blues de los pájaros

Hermann Bellinghausen
U
na nueva vuelta de tuerca en cuanto a la música y su complicidad con el canto de las aves la acaba de dar el compositor e intérprete tsotsil que se presenta como Zanate Blues. Una sorpresa musical. En Jex/Pájaro azul, una de las piezas del álbum Sna mutetik/Nido de pájaros (2025), el ave solista alcanza el efecto del sentimental perro blusero de Pink Floyd, pero más bonito, que para eso es ave y mito. La melodía misma, calmada y meticulosa, remite a la lira de David Gilmour, faltaba más. Zanate Blues se inscribe así en la estirpe de la música a pájaros, no tan numerosa como parecería obvio, estelarizada por Olivier Messiaen, quien tuvo entre sus precursores al Jilguero (Il gardellino), de Vivaldi; la Pastoral, de Beethoven; La urraca ladrona, de Rossini; el Carnaval de los animales, de Saint Saëns; Gli uccelli, de Respighi, o algunos pasajes ravelianos, pero ninguno con su profundidad y dedicación.
El escritor tseltal Delmar Penka no oculta su entusiasmo al comentar el Nido de pájaros de su paisano en los Altos de Chiapas, a quien considera “uno de los más grandes referente del rock tsotsil, del rock en bats’i k’op en Chiapas y el mundo”. Para Penka es una obra maestra que hace vibrar las pulsaciones más ínfimas del corazón. No hay manera de no conmocionarse al escuchar las canciones que brillan con luz propia. Naturaleza, mitos, sueños y creencias se conjugan en cada pieza musical, que son revelados a través del canto de los pájaros, cuyo nombre es el de cada canción. Las aves, que pertenecen al mundo tsotsil, guían el ritmo aural; marcan el compás de la guitarra, la batería, el bajo, el piano y los coros. Sobrevuelan en nuestros oídos y nos llevan a un viaje donde lo onírico, lo terrenal y sobrenatural aparecen como un sueño
.
Cabe apuntar que el rock tsotsil que menciona Penka posee una amplia y fructífera tradición moderna, con particular acento en un blues clásico que se ha traspasado al metal, el punk y el hip hop, sobre todo en San Juan Chamula y su irradiación a San Cristóbal de Las Casas, así como Zinacantán, donde nacieron el memorable grupo de fusión Sak Tzevul en 1996 y el propio Zanate Blues.
Su trabajo ofrece un catálogo del canto real y lo enviste de fina instrumentación electroacústica, coros incluidos, llena de intuición melódica y rítmica en cada rola del nido que nos ocupa: Chinchon/Gorrión, T’sunum/Colibrí, Sempal/Cenzontle, Bak mut/Zanate, Jex/Pájaro azul, Kurkuvich’/Pájaro nocturno. El silbido, el scat, el canto abierto de las aves del bosque no le quedan a deber a los exhaustivos catálogos ornitológico-musicales de Messiaen, más fiel a las aves que, digamos, Papageno, Papagena y las arias de La flauta mágica.
El llamado estilo oiseaux de Messiaen produjo al menos Réveil des oiseaux (El despertar de los pájaros), Oiseaux exotiques (Aves exóticas), Le merle noir (El mirlo negro), Petites esquisses d’oiseaux (Pequeños bocetos de pájaros) y el inmenso Catálogue d’Oiseaux (Catálogo de aves), conformado por 77 melodías de pájaros para piano en 13 cuadernos, cada uno con su ave solista
.
El zanate, ese cuervito vivaz, inteligente, pendenciero y gandalla, común en bosques, parques, playas y campos de México, desata la rola más roquera e intensa de Nido de pájaros. Volviendo al entusiasmo de Delmar Penka, encontramos que es, “sin pretensiones, un álbum desafiante que ha nacido para dejar una huella importante en la historia del rock tsotsil. Sna mutetik es un álbum que distingue la personalidad de su creador, al fusionar distintos instrumentos y géneros musicales que devienen del blues, el jazz, el rock progresivo y sicodélico. Una fusión de sonidos que no se disocian de los ritmos de la naturaleza”.
En una presentación para Aves exóticas con la Filarmónica de Los Ángeles, Gustavo Dudamel recuerda que Paul Dukas dijo al joven Messiaen: ¡Escucha a los pájaros! Son grandes maestros
. Esto, apunta el director venezolano, debió dejar una gran impresión en su estudiante adolescente. Ya desde la infancia, Messiaen creía firmemente que el lenguaje tuitero de las criaturas aéreas era mucho más que la mera comunicación. Era música. Ningún otro compositor (de hecho, ningún otro ornitólogo) se dedicó tan completamente a la transcripción, estudio y aplicación musical del canto de los pájaros
.
Ahora recuerdo que alguna vez viví con un loro, equívocamente bautizado Pancha. Nos llevábamos mal casi siempre. Cuando estaba de pocas pulgas o quería molestar era capaz de emitir los chirridos más enfadosos y trepidantes, y no quedaba sino encerrarla en el baño; pinche Pancha. Pero cuando estaba de buenas disfrutaba los discos del son jarocho de sus aires originarios (procedía del Sotavento veracruzano) y sobre todo de blues verdadero, el negro, de bottleneck, y aullidos de lobo. Llevaba el contra tempo con precisión de metrónomo, divertida y musical. Quedemos, pues, bluseramente, con la cabeza a pájaros
, a la manera del poeta aforista José Bergamín.
*Para acceder a Nido de Pájaros en YouTube puede empezar aquí:
jornada