Fabio Jiménez impacta en la Maestranza con su clásico acento personal

La novillada con picadores celebrada en la noche de este jueves en la plaza de la Maestranza, la última que incluía el abono de la temporada, ha arrojado la ilusionante actuación del novillero riojano Fabio Jiménez que ha sorprendido por su clásico acento personal que le sirvió para cortar una valiosa oreja, idéntico premio logrado por el salmantino Valentín Hoyos.

Hoyos, que abría cartel, iba a marcharse a portagayola para recibir al primero de la tarde, un utrero suelto de salida, manso en el caballo y remiso en banderillas al que sometió por bajo en el inicio de faena pero el animal, completamente rajado, iba a frustrar todos los esfuerzos del torero charro que también se acabó pasando de rosca.

El cuarto, abantote, iba a llegar a la muleta arrancándose de largo pero frenándose en las cercanías. El animal lo quería todo de lejos, perdiéndole pasos, buscando el galope para que se desplazará más allá de los embroques. Hoyos no terminó de encontrar del todo ese aire. Lo mató bien, eso sí, levantando la sorprendente e insistente petición de la oreja que paseó.

Fabio Jiménez, riojano, mostró buen corte manejando el capote, especialmente en el templadísimo quite a la verónica. El novillo iba a alcanzar al banderillero El Topas, cayendo al suelo a la vez que prendía al torero a la salida del tercer par de banderillas siendo trasladado a la enfermería en brazos de las asistencias. Llevaba cornada.

Jiménez lo toreó muy asentado, con aire clásico y excelente corte, aprovechando con temple y entrega las embestidas noblonas pero mortecinas de su enemigo, especialmente con la mano izquierda, dictando los muletazos de uno en uno en una valiosa labor rematada de una efectiva estocada un puntito caída que validó la oreja.

Con el quinto, muy vareado de carnes y un punto abecerrado, no iba a poder estirarse de capa. El novillo iba a llegar a la muleta un punto brusco, moviéndose sin clase y entre protestas, con mal estilo. A pesar de todo quiso siempre torearlo bien aunque acabó pasándose de medida llegando a escuchar un aviso.

Cristian González, también salmantino, se iba a mostrar firme en el inicio de una faena meramente entonada -tambien declinante- que contó a favor con la boyantía de su enemigo de viajes largos y fijeza y ritmo en los inicios de una embestida que, eso sí, duró muy poco. La espada tampoco iba a andar a la altura.

Quedaba el sexto, más que bonito por delante, que se arrancó con alegría al caballo. No iba a tener mal aire en los capotes, desplazándose con nobleza en la muleta de González que volvió a mostrar tanta voluntad cómo escasez de recursos para potenciar las virtudes de su enemigo.

FICHA DEL FESTEJO:

Se han lidiado seis utreros de Julio de la Puerta, desigualmente presentados. El primero resultó manso absoluto; noblón y soso el segundo; de más a menos pero con calidad el tercero; mejor en la distancia larga el cuarto; desclasado el quinto y más que potable el sexto.

Valentín Hoyos, de malva y oro, ovación y oreja

Fabio Jiménez, de tabaco y oro, oreja y silencio

Cristian González, de merino y oro, silencio y silencio

La plaza registró media entrada en tarde noche muy calurosa. El banderillero José Gómez 'El Topas' fue alcanzado por el segundo de la noche sufriendo "herida por asta de toro, cara interna tercio superior muslo derecho, parte medial del triángulo de Scarpa de 10 cm afectando recto anterior y abductor largo, contundiendo paquete vascular sin lesionarlo", de pronóstico grave.