El Olímpic enloquece por Aitana

Era su primer concierto de estadio y el de miles de chicas y chicos que ayer se congregaron en Montjuïc para descubrir por primera vez qué se siente en un macroconcierto. Lo mismo que Aitana desde el escenario, unida a su público por una experiencia que muchos melómanos no comprenderán (algunos la desaprobarán directamente), aunque eso no importe a quienes anoche fueron testigos en la consagración de la catalana, que dio el salto de OT a las grandes ligas.
“Barcelona! Com esteu? Ara sí que sí!”, saludó Aitana, surgida desde el inferior del escenario entre los gritos de alegría de sus fans, que corearon hasta la última sílaba de 6 de febrero para comenzar un recorrido por la todavía breve biografía musical de la artista, que se tomó como un reto personal la celebración de este concierto. Cuatro discos y siete años de carrera que Aitana enfrentó acompañada por cuatro músicos, dos coristas y el empeño de un público joven que llenó el estadio.
Una veintena de bailarines ocupó el enorme escenario en el arranque –todavía de día– protagonizado por los primeros éxitos de Aitana, como Teléfono, Popcorn y Lo malo, reguetón con que se dio a conocer cuando todavía habitaba la academia de Operación Triunfo y para el que ayer contó con la colaboración de Ana Guerra. Fue el inicio de este viaje musical por el pop-rock de Spoiler y 11 razones, la electrónica discotequera con Alpha y la mezcla de emociones y diversión que la artista ha querido trazar en Cuarto azul hilvanada anoche con la mariposa como metáfora del cambio.
‘Boig per tu’ junto a Pep Sala y ‘La gent que estimo’ con Josep Montero añadieron el catalán al conciertoTodas estas músicas transitaron anoche en un Olímpic a rebosar de público joven –también muchos padres– durante las casi tres horas de concierto, con el que Aitana se convirtió anoche en la segunda artista local después de Estopa –primera mujer– que actúa en el Lluís Companys. Nuevo hito histórico en esta era de macroconciertos, mientras una banda de otra generación, El Último de la Fila, se prepara para hacer doblete el año próximo.
También fue doble el éxito de Aitana, que anoche subsanó la cancelación de los dos conciertos anunciados en diciembre en el Santiago Bernabéu. El plan B (de Barcelona) funcionó con un despliegue técnico a la altura de las grandes giras internacionales, pensado para disfrutarlo desde las pantallas gigantes que ocupaban toda la parte trasera del escenario, con tiros de cámara que seguían a la protagonista por todo el espacio elevado, que incluía una segunda plataforma en forma de mariposa.
No faltaron las pulseritas luminosas de rigor en la fiesta particular de la artista de Sant Climent de Llobregat, que lanzó emotivos guiños al público barcelonés, desde la previa protagonizada por Julieta hasta las apariciones de Josep Montero para interpretar juntos La gent que estimo de Oques Grasses, que arrancó una lagrimita de la propia Aitana, o el gato del Barça, que salió a bailar en los últimos instantes del concierto. Aunque para sorpresa la de ver a Pep Sala subir al escenario mientras sonaba Boig per tu, que anoche fue una canción de amor para Aitana cantada por 50.000 gargantas. Fueron dos de las varias metamorfosis musicales del show, convertido como pocos en karaoke colectivo sin importar cuál de la treintena de canciones sonara, ya fuera la romántica Con la miel en los labios o la recién facturada Segundo intento.
Pop, rock y electrónica sonaron en el recorrido biográfico por los cuatro discos de la artistaLas transformaciones incluyeron varios homenajes musicales, con momentos rockeros que incluían retales de Queen o Avril Lavigne durante el tránsito por Razones, donde + (Más) convirtió el estadio en un mar de luces que saltó al unísono a continuación con el alegre ritmo de Mon amour rodeada de todos los bailarines.
En el extremo opuesto, encaró completamente sola Duele un montón despedirme de ti, sin banda siquiera, como antesala de la parte dedicada a Alpha, dominada por el sonido electrónico, y que arrancó al ritmo de Gimme! Gimme! Gimme! de Abba. Y no podía faltar el baile provocativo –ayer polémico, hoy anecdótico– mientras sonaba Miamor, el Olímpic se llenaba de luces estroboscópicas y What is love se entremezclaba con el ritmo discotequero de 2 extraños.
Mariposas, Formentera y Las babys fueron los regalos finales de esta noche para todos los públicos, concluida en el Cuarto azul del último disco. Desde allí Aitana dijo estar cansada de ser La chica perfecta y “sentir que pertenece a todos”, deseos legítimos pero contradictorios con el milimétrico concierto de anoche, que a partir de ahora pertenecerá a miles y miles de personas.
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