El gozo estético de arquitectura y arte escénico se vive en Mérida, España

El gozo estético de arquitectura y arte escénico se vive en Mérida, España
El festival internacional de dramaturgia clásica se realiza en el bimilenario Teatro Romano // El encuentro y el inmueble son patrimonio de la humanidad por la Unesco
▲ Un momento de la puesta Cleopatra enamorada, protagonizada por Natalia Millán y Alex O’Dogherty, que se presentó ayer.Foto cortesía del festival
Jorge Caballero
Enviado
Periódico La JornadaLunes 28 de julio de 2025, p. 3
Mérida. El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida es el convite escenográfico más antiguo que se celebra en España, y es considerado el más importante en su género. El festival no sólo es un encuentro dramatúrgico, sino también forma parte del conjunto arqueológico de Mérida, declarado patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) junto con su Teatro Romano, construido entre los años 15 y 16 aC, foro principal de la reunión escénica e importante vestigio español.
En entrevista con La Jornada, el director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, Jesús Cimarro, y el alcalde del ayuntamiento de esa ciudad, Antonio Rodríguez Ozuna, detallaron: Las representaciones de las obras del encuentro se llevan a cabo anualmente durante julio y agosto en el Teatro Romano de Mérida, considerado uno de los edificios en el mundo que mejor representan los sólidos modos y las formas armónicas de la arquitectura en la época del emperador Augusto
.
Cimarro detalló: “El festival comenzó su andar en 1933 con la puesta en escena de Medea, de Séneca, en versión de Miguel de Unamuno, con la actriz Margarita Xirgu de protagonista.
“Tras la edición de 1934 se suspendió 19 años debido a la tensión política que se vivía en España, y se reinició en 1953 con la representación de Fedra, a cargo de una compañía universitaria. En 1954, el teatro profesional volvió a Mérida con la puesta de Edipo, de Sófocles, interpretado por Francisco Rabal; desde entonces y hasta la fecha se ha celebrado de manera ininterrumpida y ha acogido en sus bimilenarios escenarios los montajes de las obras más grandes del teatro clásico grecolatino y grecorromano, único requisito para participar en el festival.”
De la edición 58 a la 71 se ha logrado recuperar al público local y se ha consolidado la afluencia de espectadores del resto de España, convirtiendo la cita estival en uno de los tres actos culturales más importantes y de mayor repercusión de la temporada.
Se trata, entonces, de uno de los festivales de teatro de referencia en España. De 2016 a la fecha, la cifra de asistentes se elevó de 44 mil a 180 mil
, indicó Rodríguez Osuna.
Jesús Cimarro añadió: “hace 91 años que la actriz Margarita Xirgu continuó con una labor que se echó a andar hace siglos: representar las grandes comedias y tragedias griegas y romanas sobre esas piedras milenarias, testigos de honor de la historia de las artes escénicas.
Sobre su arena han desfilado a lo largo de sus 71 ediciones los profesionales del teatro nacionales e internacionales más prestigiosos, entre actores, actrices, músicos, directores, autores, iluminadores y figurinistas.
Prueba de lo que refirió Cimarro es la escenificación musical en esta edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida de Cleopatra enamorada, protagonizada por Natalia Millán y Alex O’Dogherty. En ésta se narra la historia de amor entre Marco Antonio y la reina egipcia, escrita por el dramaturgo extremeño Florián Recio y dirigida por Ignasi Vidal, quienes reinventaron la historia
. El elenco estuvo conformado por Francisco Morales, Iván Clemente, Habana Rubio, Beatriz Ros y Virginia Muñoz. La música corrió cargo de Pablo Solo, la composición sonora, de Shuarma; la coreografía fue de Amaya Galeote, y la escenografía, de David Pizarro.
Este musical se celebró la madrugada de ayer, y llevó al público a través de un cúmulo de emociones intensas y a participar en la intrigas políticas y la pasión desbordada entre los personajes principales.
Jesús Cimarro continuó: Es cierto que el teatro es una minoría en el mundo, pero quiero que sea una minoría mayoritaria. Cuando el público viene a este festival vive la experiencia en carne propia: una noche en un teatro de más de 2 mil años de existencia junto con 3 mil personas que experimenta el gozo estético de la arquitectura y la pasión compartida de los asistentes
.
Entre los aciertos del encuentro que mencionaron los entrevistados está la invitación que se extendió tanto a dramaturgos experimentados como a emergentes, “con el fin de que experimenten las miradas escénicas.
“Durante una presentación de la obra Edipo, en la que la mayoría de los actores, jovencísimos, compartieron escenario con algunos más conocidos, incluso que actúan en series como La casa de papel y Élite, se me acercaron una chica y un chico de 18 años cuando acabó la representación; les pregunté si querían conocer a los actores famosos, y me respondieron que no, que querían conocer al director. Pregunté su edad y si les había gustado la obra; respondieron que les había encantado. También cuestioné por qué no venían a otras puestas en escena, y respondieron que no iban a ‘cosas de papás’. La joven pareja había ido a ver Edipo porque la actriz principal salía en Élite; entonces, captar al público joven es una de nuestras misiones primordiales.
Hemos bajado la media de edad: hace una década era de 64 años y ahora es de 43.
Cimarro concluyó: El teatro es una experiencia que hay que vivir, porque está dirigida a la cabeza y al corazón. Que los jóvenes tengan esta experiencia es importantísimo, así como que se den cuenta de que el teatro cuenta historias que al entenderlas disfrutarán
.
A la edición 71 del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida le restan los últimos días de julio y todo agosto; falta la presentación de una decena de piezas, siete de las cuales son estrenos, por ejemplo, Memorias de Adriano, coproducción del Festival y Teatre Romea basada en la obra de Marguerite Yourcenar, con Lluís Homar de protagonista; Las troyanas, dirigida por Carlota Ferrer y con Isabel Ordaz al frente del reparto; Los hermanos, de Terencio, con Pepón Nieto y Eva Isanta en los papeles estelares, entre otras.
jornada