El alucinante 'boom' literario de las setas

Todas las setas son comestibles, pero algunas solo una vez”. Como este refrán, existen muchos otros que animan a alejarse de cualquier tipo de hongo, la mayoría de veces por temor o desconocimiento. Por eso, que la mesa de novedades literarias se llene de títulos en los que las setas son las principales protagonistas, no deja de sorprender a los libreros. “La verdad, es que nunca hubiera apostado por ello, pero es cierto que poco a poco han ido ganando su espacio”, reconoce Fernando Pelayo desde la librería +Bernat.
Los hay de todo tipo. De cocina, clínicos, novela, ensayo…que exploran la inteligencia vegetal, los usos terapéuticos o, incluso, que ponen el micelio como modelo de organización política. Uno de los últimos en llegar ha sido Cositas (Seix Barral/Periscopi), del autor francés Benoît Coquil (Bretaña, 1989). El ensayo, que está contado con un tono de novela de aventuras, empezó a gestarse durante un viaje a Oaxaca (México) en 2019, cuando este profesor de español y literatura latinoamericana se compró una camiseta con el rostro impreso de la chamana María Sabina. “No tenía idea de quién era, pero aparecía en varios souvenirs, así que me documenté”, explica a La Vanguardia durante su visita a Barcelona. Más tarde, supo que estaba considerada “medio santa”.
La chamana María Sabina protagoniza varias de las novedades relacionadas con el mundo fungiDurante su investigación, acabó topándose con el matrimonio Wasson, formado por Gordon, un banquero de Nueva York; y Valentina, una pediatra de origen ruso “que tuvo la intuición de que las setas alucinógenas Psilocybe que Sabina utilizaba para sus “cositas” se podían emplear para usos terapéuticos”. La información que extrajo le pareció tan interesante que acabó escribiendo un libro, aplaudido por crítica y lectores.

Benoît Coquil, en su visita a Barcelona para presentar 'Cositas'
Llibert TeixidoCabe decir que son varios los autores que han explorado la figura de Sabina. La editorial Siglo XXI reeditó recientemente el libro Vida de María Sabina: La sabia de los hongos. Lo escribió en los años 70 el ya fallecido ingeniero y escritor Álvaro Estrada, pero lo hizo en primera persona, pues la propia Sabina, que no sabía leer ni escribir, le narró su vida y él decidió escribirla tal cual.
También es ingeniero y hace referencia a la chamana Naief Yehya (México, D.F., 1963), que, igual que Coquil, visitó recientemente Barcelona para presentar su ensayo El planeta de los hongos (Anagrama). La suya es una historia del uso de los hongos alucinógenos y el LSD desde la edad de piedra hasta Silicon Valley.
Aún existe el estigma de las setas, pero hay menos temor debido al uso que dan algunos terapeutas para tratar desórdenes mentales y adicciones” Naief YehyaIngeniero y escritor, autor de 'El planeta de los hongos'
“Aún existe el estigma de las setas, pero creo que se ha ido diluyendo. Hay menos temor debido al uso que dan algunos médicos para tratar desórdenes mentales, adicciones y alcoholismo”. Los compara asimismo con Internet: “Las semejanzas son asombrosas, en tanto a que es una red subterránea que funciona como un sistema de comunicación e intercambio (agua, nutrientes, información) entre los organismos del bosque”.
En marzo, el biólogo Eduardo Bazo también aportó sus conocimientos sobre el tema en Hongos (Pinolia). “He querido desarrollar una obra accesible y rigurosa tratando aspectos que están vinculados con la actualidad en términos históricos, económicos y de desarrollo científico-tecnológico”, explica a La Vanguardia, a la vez que reconoce que “hay un interés creciente” por las setas. “Hemos pasado de un escenario donde reinaba la desconfianza a otro donde hemos apostado por acercarnos con curiosidad a un maravilloso mundo en el que las potencialidades de los hongos y los hallazgos que está deparando su estudio nos están llevando a ensayar desde nuevos fármacos antibióticos hasta desarrollar materiales textiles biodegradables”.

Captura de 'Fantastic fungi' '
NetflixBazo considera que el cambio climático puede ser otro factor que explique el fenómeno. “Muchos hongos antracófilos rebrotan con más fuerza después de un incendio forestal. Un fenómeno tan destructivo y crítico para un ecosistema como es un fuego, para algunas especies de hongos es una nueva oportunidad para colonizar nuevas áreas. La observación nos ha permitido buscar soluciones a grandes problemas de nuestra sociedad atendiendo a cómo lo hacen los hongos”.
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De la ansiedad ecológica también deriva la primera novela de Simón López Trujillo (Santiago de Chile, 1994), El vasto territorio (Caja Negra), que se centra en un trabajador cuyo cuerpo y mente son infectadas por un hongo que las posee y que lleva a su comunidad a derivaciones sectarias, místicas y religiosas. La historia tiene algún que otro punto en común con una de las series televisivas más vistas del momento, The last of us, creada por Craig Mazin y Neil Druckmann para HBO y basada en el videojuego de 2013 del mismo nombre desarrollado por Naughty Dog. La trama se ambiente veinte años después de una pandemia causada por una infección fúngica masiva, que hace que la gente se transforme en zombis.
Albert García, periodista experto en videojuegos, explica que “las setas son un elemento recurrente en los videojuegos desde hace años”, y que su boom particular llegó mucho antes que el literario y ayudó a acercarlas al gran público. Explica que “pueden ser malas, como es el caso de The last of us; o buenas, como ocurre con el Super Champiñón en Mario Bros, que permite a Mario crecer en tamaño, volviéndose más grande y fuerte. No menos importantes son las setas en The legend of Zelda: breath of the wild, pues aportan energía a Zelda”.

Mario Bros, rodeado siempre de setas
Universal PicturesLos festivales de música también han tenido presentes todo este mundo a lo largo de los años, y no exclusivamente por una razón de psicodelia. Juan Arnau, el empresario aragonés detrás de Elrow, Florida135 o la ‘rave’ de los Monegros, explica que las setas “forman parte de uno de nuestro shows, El bosque encantado. Por eso, en nuestra sede, hemos llenado la recepción de setas que cuelgan del techo, porque nos parecía que era como entrar en un espacio mágico de un cuento. Te invita a adentrarte en una experiencia que te traslada a mundos inimaginables para bailar en ellos”. La instalación recuerda a la obra Upside Down Mushroom, del artista belga Carsten Höller, cuyo trabajo también invita a evadirse.

Los hongos penden del techo en las oficinas de El Row
Llibert TeixidoAdemás de en videojuegos, ficciones, ensayos varios, espectáculos musicales y documentales audiovisuales –como el exitoso Fantastic Fungi, de Netflix–, las setas también se cuelan en reportajes que abordan el capitalismo y la economía desde diferentes perspectivas. Un ejemplo de ello es Las setas del fin del mundo (Capitán Swing), que llegó a las librerías postpandemia y donde la antropóloga Anna Lowenhaupt indaga sobre matsutake, uno de los hongos más valiosos del mundo, lo que explica su desorbitado precio en Japón, donde es un manjar comestible. El texto presenta un estudio de la relación entre la destrucción capitalista y la supervivencia colaborativa dentro de paisajes de múltiples especies.
Ante todo este éxito, no es extraño que surjan verdaderos influencers de los hongos. Una de las más conocidas es Nanae Watabe. “Los hongos son mi trabajo y mi pasión. Durante la temporada, me dedico por completo a ellos: los recolecto, los vendo, los estudio... Eso sí, es un trabajo estacional: descanso cuando los hongos lo hacen”. Fruto de esa dedicación, acaba de publicar Estado de hongos (Novo Editorial), disponible por ahora solo en México.
Quien sabe si terminará llegando a la rentrée española. Por el momento, sí lo hará de la mano de Reservoir Books Mycelium Wassonii, del viñetista underground Brian Blomerth quien, al igual que Benoît Coquil, quedó fascinado por el matrimonio Wasson y su implicación en la expansión de los hongos psicodélicos.
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