Diego A. Manrique saca la lupa

Con más de medio siglo de periodismo musical detrás, esta antología de textos, 'El mejor oficio del mundo', del maestro ¿de maestros? Diego A. Manrique (Pedrosa de Valdeporres, 1950), de la última década, publicados en 'Cuadernos Efe Eme', es un ameno registro de sus aventuras y desventuras en ejercicio, un retrato descarnado de las vísceras de la industria y los medios (RNE, RTVE o Los 40) y un espejo roto de cómo se ha deteriorado la profesión.

- Autor Diego A. Manrique
- Editorial Efe Eme
- Año 2025
- Páginas 229
- Precio 20,43 euros
Pero, sobre todo, son también pequeñas semblanzas de alto escritor sobre bandas y artistas (Tequila, Depeche Mode, Prince…) pero à la Manrique, esto es con su clásica estructura de palo y zanahoria zigzagueante, el elogio y el pellizco van y vuelven en espiral de abrazo de oso, respecto al insecto sobre el que pone la lupa (un músico me dijo que se ve como artista), en un todo de salseología y emblema del 'quote' aquel del sinsentido de escribir de música, que es como bailar sobre arquitectura… O sea, no es Simon Reynolds, por así decirlo, buscando en palabras lo inexpresable sobre el subgrave del beat. No es la misión de estos textos, tampoco estar a la ultimísima (ni falta hace, su jurisdicción es otra y no poco amplia en tiempo y géneros; sin olvidar su incomprensión y mofa a Yung Beef en su repaso en 'Babelia' sobre el canon de Prisa). Y, sin embargo (¡cómo que sin embargo!), está escrito con sapiencia y mucho estilo, y a descollar en el páramo del gremio nacional de lo suyo, por su funerario descuido. Tampoco pelotea, otro punto para él. Al contrario, está siempre alerta. Como debe ser, como poco se da.
Peligroso con la pluma-puñal (sobre el Mariskal Romero, «hasta un publicista cazurro como él se daría cuenta»; lean también sobre el inefable José Miguel Contreras, José María Iñigo o hasta Serrat, Antonio 'el gran consentido' Vega, Charly García, Operación Triunfo…) y en un equilibrio desprendido pero no letal de veneno, nos transfiere secretos, mitos (lo de los sobornos a periodistas) y lo que no dirá con todo lo que dice incluso sobre sí mismo.
Un paseo este 'El mejor oficio del mundo' por varios de los movimientos y artistas más representativos en clave 'mainstream de calité' hasta 2010, por datar el advenimiento de la música urbana en España, pero sin exhaustividades, y también un grato foco en América Latina, con un perfil, por ejemplo, sobre José Luis Cortés El Tosco, el rey de la timba, que ejemplifica su finura y conocimiento. E igual te confiesa que en un boletín de CBS a finales de los 60, un zagal, sí, estando él a cargo escribió más o menos que algo musical de Neil Diamond le daba arcadas, insobornable y que todos lo leamos, ahí acabó su trabajo. Pero también describe un catastrófico viaje a Montreal para entrevistar a Leonard Cohen... ¡a quien no encontró! Ahí tiró de oficio, le sobra. Pero con agudezas propias. Una rara avis en el algoritmo de hoy.
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