Caos en el primer concierto de la gira de Beyoncé: un grupo de mujeres se pelea a gritos, empujones y puñetazos en la sala VIP del SoFI Stadium

Armada con un potente arsenal de bailarinas, mostrando su amor por su tierra natal y acompañada en todo momento de su hija Blue Ivy, Beyoncé comenzó su gira Cowboy Carter presentándose como la líder de un movimiento de lucha y empoderamiento de la mujer negra en Estados Unidos, informa Mikaela Viqueira para Efe.
La estrella estadounidense inició este lunes en la ciudad de Inglewood (California) la esperadísima gira de su último disco Cowboy Carter, que la llevará a varios estados de EEUU antes de saltar al Reino Unido y Francia, únicas citas internacionales de este espectáculo que no ha estado exento de problemas, desde la venta de entradas al retraso en el inicio del concierto, pasando por una anécdota que se ha convertido en viral: una espectacular pelea entre mujeres en la sala VIP del SoFI Stadium de Inglewood.
Un grupo de mujeres, todas vestidas con el uniforme cowgirl que requería el evento, empezaron a gritarse en la sala VIP del estadio antes de pasar a las manos, ante la mirada atónita del público, que trataba de poner calma, informa el Daily Mail.
Todo empezó cuando, ya inmersas todas en recriminaciones a gritos, una de las mujeres, con camisa vaquera, shorts y botas de vaquero blancas, se separó del grupo mientras otra se abalanzaba por detrás y le arrancaba el sombrero -también de vaquera, claro-, de un manotazo.
Otra mujer, esta con vestido vaquero, se interponía entonces entre las dos contrincantes para tratar de sosegar a sus compañeras, sin éxito. La misma fan que se había lanzado contra el sombrero de una de las mujeres empujó violentamente a la pacificadora y la lanzó al suelo. No le bastó el topetazo y, al ir a levantarse la espectadora se echó sobre ella para impedirle ponerse en pie.
Otras tres mujeres entraron de lleno en la pelea antes de que un hombre lograra imponer la calma: "¿Qué es esto, otro show después del de Beyoncé?", gritaba. Irónica escena en un espectáculo dedicado por completo a la sororidad y el empoderamiento de las mujeres.
Un espectáculo cargado de simbolismo e historiaCon casi tres horas de espectáculo que comenzaron con una hora de retraso, Queen Bee llegó vestida de blanco, con un traje idéntico al que lució en el especial de Navidad del partido de la NFL que emitió Netflix. A modo de presagio, como si estuviese indicando a los miles de asistentes que invadieron el estadio SoFi que volverían a ver un espectáculo propio de una estrella, Beyoncé se abrió paso sobre un escenario repleto de símbolos nacionales estadounidenses.
No fue casualidad que al comienzo del concierto se lanzara a cantar el himno de EEUU, ya que las llamadas a la libertad de su país tomaron un papel relevante en la narrativa del show con el ensalzamiento de las raíces negras de la música country, informa Efe.
"Nunca pidas permiso por algo que siempre te ha pertenecido", rezaba un rótulo en la pantalla a sus espaldas mientras empezaba a sonar Freedom, el himno que impulsó la carrera de la ex vicepresidenta estadounidense Kamala Harris por el poder de la Casa Blanca en las pasadas elecciones.
"Esto es para todas las mujeres blancas esta noche", dijo Beyoncé tras acabar el tema, mientras las pantallas seguían mostrando imágenes de momentos históricos en la conquista de espacios y derechos de la comunidad negra en EEUU.
Con una estética en el que predominaron los colores de la bandera estadounidense -rojo, blanco y azul-, la artista proclamó "la reclamación de América" y dedicó un poema a la comunidad negra estadounidense. Abandonando sus estilismos con los que rinde un homenaje a su tierra natal, el estado de Texas, la estrella no escatimó en crítica social durante su espectáculo.
De la nada, apareció frente a un estrado repleto de micrófonos de prensa para interpretar America has a problem (América tiene un problema) vestida con un uniforme con retales de periódico que hacen alusión al titulo de la canción.
Aunque la gira escarba en la identidad de Cowboy Carter a través de ensalzar a artistas estadounidenses que la precedieron en este género, Beyoncé tuvo espacio para regresar a sus orígenes repasando un sus éxitos anteriores, como Diva o Formation.
A lo largo del show, la artista estuvo acompañada de su hija adolescente Blue Ivy Carter, quien formó parte del poderoso cuerpo de bailarines que acompaña a Beyoncé en cada espectáculo, aunque también hizo acto de presencia por primera vez sobre un escenario Rumi, otra de sus hijas, a la que le dedicó Protector.

Desde cantar subida a un toro mecánico dorado hasta volar sobre un estadio abarrotado sentada sobre una herradura cantando Jolene, Beyoncé ofreció un espectáculo en el que bailó, resucitó el mítico Crazy In Love y se lanzó a contar su historia de empoderamiento femenino.
Se despidió de un estadio casi abarrotado con Amen, luciendo un vestido con la bandera estadounidense y sacando al escenario un símil de estatua de la libertad, con la boca tapada con un pañuelo y alzando la antorcha en señal de la libertad.
Entradas a precio de menú de McDonald'sAún con los antecedentes de Beyoncé, que acostumbra a sorprender con gigantescos y enérgicos espectáculos en los que canta y baila a la vez junto a decenas de bailarines, la artista se ha enfrentado en esta gira a un inusual reto en la venta de entradas.
Media hora antes de que diera comienzo su espectáculo, los tickets oscilaban entre los 50 y los 80 dólares, lo mismo que cuestan los siguientes conciertos que ofrece en Los Ángeles en los próximos días. Esto representa una caída de un 75% en el precio respecto a los 800 dólares que llegaron a costar en preventa, según datos de NBC.
Algunos internautas aseguraron incluso haber encontrado entradas de reventa por solo 20 dólares, y llegaban a compararlas con lo que cuesta un menú de McDonald's en EEUU.
elmundo