Cancelan en Italia el concierto del director ruso Valerie Gergiev, amigo de Putin, tras la polémica

El concierto sinfónico del director de orquesta rusa Valeri Gergiev, previsto para el próximo 27 de julio, en el majestuoso Palacio Real de Caserta, ha sido finalmente cancelado. La decisión llega tras crecientes presiones, protestas y un intenso debate sobre el papel del arte en tiempos de conflicto. La presencia de Gergiev en Italia había desatado una verdadera tormenta política y cultural.
La indignación se encendió con la denuncia de Yulia Navalnaya, viuda del disidente ruso Alexéi Navalny. En un artículo publicado por 'La Repubblica', Navalnaya no solo calificó a Gergiev como «amigo» de Putin, sino como «promotor de su política criminal, su cómplice y partidario». Hizo referencia a investigaciones que apuntaban a supuestos desvíos de fondos de fundaciones culturales rusas a cuentas personales de Gergiev, tejiendo una sombra de sospecha sobre sus actividades financieras.
El impacto del artículo de Navalnaya fue inmediato. Las voces críticas no tardaron en alzarse, trascendiendo las fronteras políticas y culturales. Desde la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Pina Picierno, quien presionó enérgicamente por la cancelación argumentando que el evento violaba el reglamento ético del Palacio Real y que los fondos de los contribuyentes no debían destinarse a un «partidario de un régimen criminal», hasta 700 premios Nobel e intelectuales que firmaron el viernes una carta abierta, dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, exigiendo la anulación del concierto y una investigación sobre el uso de fondos públicos en eventos pro-rusos en la UE.
Incluso el ministro de Cultura italiana, Alessandro Giuli, si bien defendió la libertad del arte, marcó una clara distinción entre esto y la propaganda. El riesgo, a su juicio, era que el concierto de Gergiev transmitiera un «mensaje equivocado», una «caja de resonancia de la propaganda rusa». Las asociaciones de ucranianos en Italia, por su parte, habían adquirido entradas para las primeras filas del concierto, con la intención de expresar su disenso directamente a Gergiev, y se preparaban para organizar protestas en Milán y Caserta, en coincidencia con su actuación.
Finalmente, la dirección del Palacio Real de Caserta adoptó la decisión de cancelar el evento. Las reacciones no se hicieron esperar y fueron mayoritariamente de satisfacción. Picierno no ocultó su alegría en redes sociales: «¡Hemos explicado, luchado, creído y hemos ganado! Campania no albergará a un embajador de Putin». Incluso convocó a una manifestación con banderas europeas frente al Palacio Real de Caserta el domingo 27 para «celebrar la fuerza y la belleza de la democracia». La Fundación Anticorrupción de Navalny respondió así: «Gracias. Lo que hemos hecho es realmente importante».
Desde el ámbito político italiano, la cancelación fue recibida con beneficio por una amplia gama de partidos. Federico Mollicone, presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara y responsable de Cultura de Hermanos de Italia, expresó su satisfacción subrayando que «la cultura debe ser siempre libre, pero no puede representar un instrumento de mistificación y propaganda», y dejó claro que «Gergiev no es solo un director de orquesta, sino uno de los más fieles 'influencer' culturales de Putin». El secretario de Más Europa, Riccardo Magi, también tomó la decisión, recordando que Gergiev era «un instrumento de la propaganda del Kremlin». Mara Carfagna, secretaria de Noi Moderati, calificó la anulación como «un acto de responsabilidad», evitando así «una sacrosanta protesta de la comunidad ucraniana».
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