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'La estrategia del Mero': una historia de amor parental, identidad y reencuentro en el Caribe colombiano

'La estrategia del Mero': una historia de amor parental, identidad y reencuentro en el Caribe colombiano
'La estrategia del Mero', ópera prima del director samario Edgar de Luque Jácome, se estrena este 26 de junio en salas de cine alternativo de Colombia y también estará en el Ciclo Rosa 2025, el 27 y 29 de junio.
Lejos del ruido mediático de las grandes producciones, esta es una película que susurra verdades incómodas y necesarias, ambientada en una isla del Caribe donde dos personas heridas —padre e hija— se ven obligadas a convivir, sanar y recordar qué significa amar.
Desde su estreno internacional en el Festival de Cine en Tallinn, Estonia, la cinta ha conmovido audiencias con una historia universal: la reconstrucción de un vínculo roto. Aunque la protagonista es una mujer trans, la película no se limita a una agenda de identidad; es, sobre todo, un relato de humanidad.
“Más allá de que Priscila sea una mujer trans, lo que se explora es la necesidad de sanar una relación fracturada para poder seguir adelante”, explica De Luque. Y en esa búsqueda, el mar —que se lleva y también devuelve— se convierte en un personaje más, áspero y bello como la misma vida.
Rodada en escenarios naturales del Caribe y con un equipo técnico formado, en su mayoría, por egresados de la Universidad del Magdalena, 'La estrategia del Mero' es también un símbolo del cine que nace con las uñas, desde los márgenes, pero con una potencia narrativa y visual inolvidable.
Una historia que nació en la playa
La semilla de la película brotó en las playas de Santa Marta, cuando De Luque realizó un cortometraje documental sobre mujeres trans desplazadas del centro histórico de la ciudad.
“Santa Marta es una ciudad donde los pescadores ya no viven frente al mar porque los sacaron, y lo mismo pasó con estas mujeres. Fueron empujadas a una playa residual, y ahí se cruzaban”, recuerda el director.
La convivencia silenciosa entre pescadores y mujeres trans, que compartían la transacción económica de tinto y de frito al amanecer, dejó una imagen poderosa que se convirtió en motor creativo.

Edgar De Luque, egresado del pregrado de Cine y Audiovisuales de la Universidad del Magdalena. Foto:Cortesía del director.

De ese documental nació el personaje de Priscila, interpretado por Nathalya Rincón. “Ella fue parte del proceso desde el inicio, y su aporte transformó por completo el personaje”, cuenta De Luque.
En un principio, el guion imaginaba a una mujer trans tímida y vulnerable, pero Nathalya lo reescribió con su sola presencia. “Me dijo: ‘Yo no te puedo hacer otro personaje que no sea yo misma’. Y así fue. Priscila es fuerte, no agacha la cabeza. Yo, como director caribeño, también tuve que romper con mis propios prejuicios”, reconoce.
La película no solo se beneficia del talento actoral de Nathalya, sino de una construcción coral del guion en diálogo con mujeres trans de la región, cuyos testimonios ayudaron a pulir una representación fiel, sensible y alejada de los clichés.
“No se trataba de explicar cómo es ser trans. Se trataba de acompañar una historia real, emocionalmente honesta”, enfatiza Jorge Botero, productor del filme.
Un casting intuitivo y una producción larga
Encontrar a los actores adecuados no fue tarea sencilla. Nathalya Rincón apareció en una convocatoria en Barranquilla, y su energía capturó al director desde el primer video.
Más difícil fue hallar a Samuel, el pescador. “Queríamos que fuera realmente un pescador, pero fue muy difícil porque ya no viven cerca del mar”, relata De Luque.
Después de recorrer varias ciudades, el director lo encontró en San Pelayo (Córdoba): Roamir, un campesino con experiencia en cortos locales y una mirada melancólica que lo cautivó.
Además del proceso de selección, el equipo realizó un taller intensivo con actores y actrices preseleccionados, en su mayoría sin experiencia previa en cine. Durante varias jornadas, se pusieron a prueba no solo sus capacidades interpretativas, sino también la conexión emocional entre ellos.
De ahí surgieron ajustes en los roles y algunas de las personas que no obtuvieron los papeles protagónicos terminaron haciendo parte del elenco como personajes secundarios, la mayoría pescadores reales de la región.
Uno de los desafíos más grandes fue la preparación física del actor Roamir, quien interpretó a Samuel. Aunque el personaje es pescador, en la vida real el actor tenía dificultades para nadar y nunca había buceado. Sin embargo, se entrenó con dedicación y logró filmar varias escenas submarinas en República Dominicana.
En contraste, Nathalya Rincón no pudo participar de esas grabaciones por falta de pasaporte, debido al reciente cambio en su documento de identidad; por eso, las escenas acuáticas con su personaje fueron realizadas por una doble.

Samuel, el último pescador de meros a pulmón vive aislado en una isla a dónde llega su hija trans. Foto:Cortesía del director.

El proceso de producción fue largo y accidentado. La película comenzó con un acuerdo de coproducción con Puerto Rico, que se cayó tras el paso del huracán María y los recortes presupuestales de la era Trump. Luego llegó el apoyo de Ibermedia, y se sumaron Brasil y República Dominicana. En pleno alistamiento del rodaje, estalló la pandemia. El filme se retrasó más de un año.
“Rodamos bajo el agua en República Dominicana, hicimos la postproducción en Brasil, el color en Puerto Rico y el rodaje en Colombia, con poco dinero y mucho corazón”, afirma Botero.
La Universidad del Magdalena apoyó el rodaje, lo que convierte al filme en una suerte de proyecto colectivo de egresados de una universidad pública costeña. “Muchos debutaban en sus roles: director de arte, fotógrafo, etc. Fue cine hecho entre amigos”, concluye.
Resistencias, taquillas y el deseo de quedarse
El productor del largometraje afirma que, Colombia es un país donde aún pesa el estigma sobre el cine nacional, 'La estrategia del Mero' se abre camino con una propuesta distinta. “Aquí no hay narcotráfico, ni guerrilla, ni violencia explícita. Hay una historia íntima que interpela”, dice el productor de la película.
Pero lograr visibilidad en salas es otro mar complejo. Aunque hoy producir cine es un poco más accesible que hace décadas, lograr que una película se mantenga en cartelera es cada vez más difícil.
El equipo espera que esta cinta permanezca más allá de su estreno en el Ciclo Rosa 2025, donde se proyectará el 27 y 29 de junio. “Queremos hacer conversatorios, invitar al público a hablar, a mirar a los ojos a estos personajes. Que no sea una función aislada, sino una experiencia que conecte”, afirma Botero.
Además, animan al público a seguir el proyecto a través de las redes de la distribuidora Distrito Pacífico Cine y la productora Séptima Films.
La estrategia del mero es, en sí misma, una metáfora de resistencia: el pez que, aun sabiendo que será atrapado, nada hacia el anzuelo por amor, por reencuentro, por redención.
Es también un gesto de ternura desde el Caribe, un territorio que muchas veces ha sido narrado desde el exotismo o la marginalidad. Aquí no hay ornamento: hay verdad, emoción y belleza.
Y como el mar que se lleva y devuelve, esta película también deja su sal, su eco, su oleaje, para quedarse en quienes la vean.
Para conocer las salas de cine donde se estará proyectando la película visite sus redes sociales @laestrategiadelmero.
ÁNGELA MARÍA PÁEZ RODRÍGUEZ - ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO.
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