Probamos Gears of War: Reloaded en PC: así rinde la beta en un portátil con RTX 4090

Gears of War: Reloaded, la reedición del emblemático juego de acción en tercera persona, ya se encuentra en etapa beta para algunos jugadores en PC y consolas.

En esta prueba anticipada, accedimos a la versión para computadores a través de la tienda de Xbox, ejecutando el título en una portátil ASUS ROG STRIX de 18 pulgadas, equipada con un procesador Intel Core i9 de 14.ª generación y una tarjeta gráfica NVIDIA GeForce RTX 4090 para portátiles.

Desde el inicio, el título demuestra una notable eficiencia gráfica: el peso de las texturas en 4K no supera los 6 GB de VRAM, lo que habla de un trabajo bien logrado en términos de optimización. Incluso con las configuraciones gráficas en calidad “Épico” y con resolución nativa, el juego mantiene una carga equilibrada de recursos sin saturar la memoria de video.

Durante las pruebas comparativas entre DLSS 3.5 activado y desactivado, los resultados fueron reveladores. Sin utilizar la tecnología de reescalado de NVIDIA, el juego alcanzó un promedio de 193.6 FPS, con una latencia de render de 8.5 milisegundos.

Al activar el DLSS, los cuadros por segundo descendieron a un promedio de 170.9 FPS, mientras que la latencia subió ligeramente hasta los 8.75 ms.

Aunque podría parecer contradictorio que el DLSS no represente una mejora directa en este caso, la explicación radica en la eficiencia del motor gráfico y en el margen de potencia que ofrece una GPU como la 4090.

El uso de GPU también fue menor con DLSS (76.9%) frente al 92.3% sin esta tecnología, lo que podría ser útil para cargas mixtas o multitarea, aunque en este escenario específico, el mayor rendimiento se obtiene directamente a resolución nativa sin asistencia de IA.

El comportamiento térmico fue estable, con temperaturas que no superaron los 86°C, y el uso de CPU se mantuvo en torno al 14% en ambas configuraciones. En términos visuales, el juego logra un nivel de detalle sobresaliente, con efectos de partículas y reflejos complejos, manteniendo una experiencia fluida incluso en escenas de combate intenso.

La experiencia general deja una impresión positiva. Esta reedición de Gears of War no solo conserva el ADN de la saga, sino que lo proyecta con herramientas modernas sin exigir un sacrificio técnico. Los jugadores que cuenten con hardware de gama alta podrán disfrutarlo en su máxima expresión sin recurrir a tecnologías de escalado como DLSS.

Y para quienes usen equipos más modestos, esta herramienta seguirá siendo clave para mantener buenos niveles de rendimiento sin comprometer la calidad visual.

Conclusión: Gears of War: Reloaded demuestra que una buena optimización puede marcar la diferencia. Aunque el DLSS sigue siendo una tecnología valiosa, en esta ocasión no fue imprescindible para alcanzar un rendimiento sobresaliente. Una señal clara de que esta reedición está siendo diseñada con precisión tanto para veteranos como para nuevos jugadores.