La inteligencia artificial cambia la construcción de los centros de datos: estos son los retos y tendencias en data centers

La inteligencia artificial (IA) no es nueva, pero la extensión y democratización de su uso está cambiando la forma de trabajar tanto para empresas como para trabajadores y la manera de relacionarse entre las personas. Su impacto va más allá aún. De hecho, está teniendo importantes consecuencias en los centros de datos y no solo en su operación en cuanto a su capacidad con el fin de poder responder a las necesidades para ejecutar las distintas aplicaciones y soluciones basadas en IA y a toda la oleada de innovación asociada a esta tecnología. También está repercutiendo en la construcción y el diseño de los data centers.
De hecho, ante el mayor uso de la IA, los centros de datos tienen que adaptarse y prepararse para soportar una mayor demanda de GPU, así como de energía y refrigeración. Y todo ello sin dejar a un lado la sostenibilidad y eficiencia operacional.
"La inteligencia artificial implica un cambio en el diseño y construcción por la mayor densidad por cada rack. Además, está el reto térmico de enfriar más" el centro de datos, afirma Tomás Callejo, director de /fdata, la unidad de centros de datos de Fibratel, a elEconomista
Estos cambios se deben principalmente a la generalización de modelos de inteligencia artificial y de aplicaciones de machine learning que están impulsando la demanda de GPU, servidores de alto consumo y racks de mayor densidad. "La IA impacta en la operación, en el cloud y en la construcción de máquinas más o menos grandes", añade.
Son factores que llevan a tener que rediseñar la arquitectura de las instalaciones en las que el reto es dar respuesta a esas necesidades de energía. Según las estimaciones de Uptime Institute, los analistas de la industria calculan que el consumo de energía se incrementará entre un 10% y un 15% interanualmente, lo que hace preciso avanzar hacia una red de distribución eléctrica más eficiente y con más capacidad de generación. Un motivo por el que se está apostando por las energías renovables. En España, a diferencia de otros países como Estados Unidos, de momento no constan solicitudes para utilizar la energía nuclear mediante la instalación de mini centrales.
Pero también requiere dar respuesta a las mayores necesidades de refrigeración en forma de soluciones avanzadas de climatización, suponen el 20%, y de liquid cooling o refrigeración líquida (se emplea un líquido -normalmente agua-, para disipar el calor de los componentes electrónicos), que representa el 80%. En este último caso, se trata de sistemas de ciclo cerrado de agua, que es por el que se está optando mayoritariamente en España, dado que "no consume agua nada más que al llegar", añade Callejo.
Otro de los cambios que se va a consolidar está relacionado con los centros de datos modulares por sus características de escalabilidad, flexibilidad y rapidez de despliegue a bajo coste, así como los microcentros de datos, que se perfilan como una buena opción para aquellos casos de uso que precisan de baja latencia y autonomía local como sucede con los proyectos de Internet de las Cosas (IoT), Edge computing (procesamiento de datos que se realiza en dispositivos o servidores periférico situados lo más cerca posible de la fuente de los datos) u oficinas remotas, entre otros ejemplos.
Y otro de los retos que se plantean y que tienen ante sí los centros de datos, impactando en su diseño y construcción, es la sostenibilidad. Precisamente, es uno de los puntos por los que los data centers están en el punto de mira. Sin embargo, "los centros de datos han nacido sostenibles. Todos van a tratar de utilizar energías renovables, además de emplear el calor residual para otros usos" que, incluso, van más allá del centro de datos como son las piscinas municipales o las casas de las inmediaciones en las que se instalan. Son unos usos que ya se están realizando en Europa y que se prevé que, más adelante, también se implementen en España.
Pero, además, es otra de las tendencias que se va a observar en los centros de datos porque la huella de carbono se está convirtiendo en un KPI estratégico. Un motivo que también explica que los centros de datos ya estén optando por las fuentes de energía renovable, los sistemas de recuperación de calor, la optimización del uso del agua y las herramientas de monitorización para medir el consumo en tiempo real. "Las políticas de sostenibilidad deben extenderse también a la infraestructura tecnológica", de manera que se maximice la utilización de las cargas de trabajo y el rendimiento global.
Otro de los grandes cambios en los centros de datos, y a su vez reto, es la evolución de los centros de datos hacia entornos más autónomos y resilientes, lo que redunda en una reducción de los costes operativos, aparte de mejorar la disponibilidad. Es una tendencia que se va a ver impulsada por la integración de la IA y la analítica avanzada para reducir fallos, optimizar el mantenimiento, realizar mantenimiento predictivo y ajustar la capacidad en función de la demanda.
También cabe hablar de otra tendencia: el talento. Y es que, además de los perfiles TIC o de inteligencia artificial aplicada a operaciones, también se precisan perfiles técnicos en áreas como las soluciones de refrigeración avanzada o en gestión energética. En este ámbito, la formación interna y la colaboración con universidades y centros tecnológicos se perfila como clave para disponer de profesionales y garantizar el relevo generacional.
Son cambios y retos que están haciendo que se viva una "transformación sin precedentes en el sector", apunta Callejo, que va más allá de la redefinición de la arquitectura y la gestión de los centros de datos. De hecho, solo aquellas organizaciones con capacidad de anticiparse con infraestructuras más eficientes y sostenibles y automatizadas "podrán mantener su competitividad en los próximos años".
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